En el tercer capítulo de la segunda temporada de la serie británica Black Mirror, un dibujo animado con forma de osito azul -Waldo-, de aspecto adorable pero de lengua viperina y soez, gracias a su éxito televisivo, se presenta a las elecciones para parlamentario de distrito. Su estrategia es sencilla: bajo el caldo de cultivo de la decepción y desilusión convierte a los políticos en objeto de burla persiguiendo y acosando al candidato conservador. El osito Waldo es aclamado por la gente, que le adora y se convierte en la voz de una sociedad desencantada con la clase política porque resulta ser más real que muchos políticos.

Sin ánimo de hacer un spoiler del capítulo The Waldo Moment, aunque el personaje animado no presenta ninguna propuesta ni tiene ninguna postura política, se acaba convirtiendo para los ciudadanos en una alternativa real a los partidos políticos.

Existe un dicho que afirma “la realidad supera la ficción” y es que en las elecciones municipales del próximo 7 de julio en México, en Xalapa (458.000 habitantes), capital del Estado de Veracruz, uno de los aspirantes a la alcaldía es el “candigato” Morris. Efectivamente, como forma de protesta ciudadana, dos jóvenes deseaban transmitirle a la clase política que no se sentían representados y han decidido presentar a los xalapeños al gato Morris como candidato.

Este “candigato” no promete nada extraordinario sino algo que sabe hacer muy bien como es “descansar y retozar”, pero por lo menos no miente al electorado, afirman sus creadores. Con el eslogan “Xalapa sin ratas” y frases contundentes como “¿Cansado de votar por ratas? Vota por un gato”, “A Xalapa le conviene votar por otro animal” o “Ante la cantidad de ratas que acechan esos puestos solo un gato podrá poner orden” ha hecho temblar a los candidatos oficiales. Morris es, con dife­rencia, el candidato que más seguidores tiene en las redes sociales y su merchandising se agota en horas.

El Instituto Electoral Veracruzano ha recordado que el voto por el minino será nulo, pero muchos desencantados afirman que votarán por él. Podría darse el caso de que los votos nulos superasen los del primer candidato oficial, creando la duda razonable sobre su legitimidad. Cuando los ciudadanos pre­fieren votar por un animal doméstico o un dibujo animado es señal de que algo falla en el correcto funcionamiento del sistema democrático.

El éxito del candigato Morris ha animado nuevamente a presentarse en Ciudad Juárez a otro candidato del reino animal, el “Burro CHON” (que ya lo hizo en los años setenta), porque como afirma él mismo “Es mejor un burro como presidente, que un presidente burro”. Ya lo dijo Aristóteles: “el hombre es, por naturaleza, un animal político”…

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