María Díez

@MDiezGarrido

Profesora de Periodismo en la Universidad de Valladolid

IV Premio Tesis ACOP

El tema de la tesis doctoral que sintetiza este artículo, la transparencia de los partidos políticos, surgió para dar respuesta a preguntas sobre la situación de crisis en la que se encuentran las formaciones españolas. Desde hace años, una buena cantidad de investigaciones han estudiado los mensajes emitidos por los partidos en Internet y el uso de la comunicación para acercarse a una ciudadanía desencantada. En una era tan marcada por la tecnología y la desafección ciudadana, los políticos pueden usar la red para estrechar lazos más fuertes con la sociedad, si bien la han utilizado fundamentalmente como un escaparate.

En este contexto de crisis de legitimidad, la transparencia se presenta como una herramienta que puede ayudar a las organizaciones a recuperar parte de la confianza perdida. La transparencia se entiende como la aspiración de una entidad de dar a conocer la información más relevante, de forma que estos datos puedan ser útiles y reutilizables. Por un lado, la transparencia es activa, ya que debe publicarse la información de una forma activa y voluntaria. Pero también es pasiva, pues debe permitir a los ciudadanos acceder a ella a través de peticiones de información. Esto se hace con el objetivo de rendir cuentas a la ciudadanía, de responder a las exigencias de la ciudadanía y cumplir con sus promesas y su deber.

En este contexto de crisis de legitimidad, la transparencia se presenta como una herramienta que puede ayudar a las organizaciones a recuperar parte de la confianza perdida.

Las instituciones públicas han recibido mucha atención en los estudios académicos sobre transparencia. No obstante, existen escasas investigaciones de referencia sobre su relación con los partidos políticos. Esto llama mucho la atención, ya que las formaciones tienen un prestigio muy dañado, son las entidades que menos confianza despiertan en la ciudadanía (como ratifica cada mes el CIS) y numerosos autores (Painter, 2015; Park y Blenkinsopp, 2011) afirman que la transparencia puede aumentar la credibilidad de la clase política.

En España existe una débil y escasa cultura de la transparencia, especialmente si se compara con países anglosajones (La Rosa y Sandoval-Martin, 2016). De hecho, hasta el año 2013 no se aprobó la Ley 19/2013 de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno y la norma no contó con el consenso de todos los partidos representados en el Congreso de los Diputados.

Esta norma incluye a los partidos políticos como sujetos obligados a cumplirla. Sin embargo, como destacan múltiples estudios, la ley es insuficiente y resulta necesario que las formaciones políticas vayan más allá.

Al estudiar la transparencia, no podíamos perder de vista el fenómeno del Gobierno Abierto. Este hace referencia al cambio de actitud de las instituciones, a la decisión de abrir las ventanas de la administración y basar su funcionamiento en la transparencia, la participación y la colaboración (Ramírez-Alujas, 2011).

Surgió así una pregunta en esta tesis doctoral: si hablamos de Gobierno Abierto, de Parlamento Abierto… ¿Por qué no adaptar este concepto a los partidos políticos? Fue así como llegamos a la concepción de los partidos políticos abiertos, que consiste en la adaptación de los principios del Gobierno Abierto a los partidos políticos. No solo implicaría el uso de las tecnologías, sino su aplicación para fomentar precisamente los valores de la transparencia, la participación y la colaboración.

Uno de los aspectos más positivos de la transparencia es que aporta herramientas para ejercer el control de la clase política y es necesario que existan agentes que vigilen al poder y la fomenten. Así, mientras muchos políticos pueden pensar en la transparencia como una capa de maquillaje, esta debe aportar mecanismos para controlar su actividad y solo de esta forma se someten al escrutinio público.

Si hablamos de Gobierno Abierto, de Parlamento Abierto… ¿Por qué no adaptar este concepto a los partidos políticos?

Precisamente, la Ley de Transparencia implicó la creación del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, que se encarga de fiscalizar la transparencia en España. Según la propia ley, su objetivo es promover la transparencia de la actividad pública, velar por el cumplimiento de la norma.

Además, surgen muchas preguntas sobre el papel de los medios de comunicación y el uso que podían hacer de los portales de datos. El auge de la transparencia coincide con la crisis del periodismo, no solo económica, sino también de su credibilidad. En este sentido, la transparencia puede servir para desarrollar nuevas formas de narración, para ejercer su rol de ser el perro guardián del poder y fiscalizar así la información que publican las instituciones y otros organismos.

La transparencia puede servir para desarrollar nuevas formas de narración, para ejercer su rol de ser el perro guardián del poder y fiscalizar así la información que publican las instituciones y otros organismos.

Una investigación sobre la apertura de los partidos políticos

Todos estos aspectos dirigieron el camino de la tesis doctoral. Así surgió el principal objetivo, que es el de comprobar si la transparencia informativa ha pasado a ser en los últimos años uno de los ejes fundamentales en el discurso de los partidos políticos de España y si su desarrollo se cimienta en la mejora de su imagen. En este sentido, se pretendía estudiar el nivel de apertura de las formaciones políticas, así como el papel de los actores fiscalizadores de esta información.

Sin duda, lo más complicado fue el estudio de los partidos políticos abiertos. Al ser una c­uestión que no se había abordado con anterioridad en ningún estudio académico, se tuvo que definir el concepto de partido político abierto y, para ello, se ideó la Guía de buenas Prácticas para partidos políticos abiertos. Esta guía se redactó tras haber realizado un estudio basado en la metodología Delphi. Se seleccionó a un panel de 20 expertos en la materia procedentes de diferentes disciplinas (Comunicación, Derecho, Ciencias Políticas) y se les realizaron dos rondas de cuestionarios.

Finalmente, se redactó la Guía de buenas prácticas para partidos políticos abiertos. Esta guía establece una serie de indicaciones que los partidos deben cumplir para ser considerados abiertos y que se basan en tres niveles de apertura: el de transparencia, el de deliberación y el de la toma de decisiones y la colaboración. P­odríamos entende­r estos pilares como los peldaños de una escalera. Sin pisar el primero, el de la transparencia, no podemos alcanzar una correcta deliberación, ni la toma de decisiones, ni la colaboración.

A continuación, se procedió a evaluar el cumplimiento de los indicadores de la Guía por parte de las cuatro formaciones españolas que tenían representación estatal en el Congreso de los Diputados en la legislatura XII: el Partido Popular, Partido Socialista, Podemos y Ciudadanos. Esta es la legislatura que se tuvo en cuenta debido a que fue la más duradera de las que ha habido durante el transcurso de esta tesis (entre 2015 y 2020), que han sido cuatro.

También se estudió el discurso de los partidos políticos respecto a la transparencia y sus estrategias. Se ha querido conocer la visión y organización de los partidos sobre la apertura informativa y, para ello, se realizaron entrevistas semi-estructuradas en profundidad a los responsables de la transparencia de los partidos mencionados. También se abordó un doble estudio sobre las propuestas de los partidos políticos respecto a la transparencia. Analizamos las iniciativas planteadas en los programas electorales y, por otro lado, las realizadas por los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados respecto a la transparencia. El objetivo era comparar los compromisos que adoptan con lo que posteriormente realizan en el Congreso.

Por último, la tesis investigó los organismos que fiscalizan la transparencia, entre los que se incluye el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno y los medios de comunicación. En primer lugar, se realizó una entrevista en profundidad al presidente del Consejo, Javier Amorós, para ahondar en la importancia de la transparencia de los partidos políticos y conocer la forma de trabajar que tiene con las formaciones.

Respecto a los medios de comunicación, fue necesario identificar sus funciones como fiscalizadores de la información e investigar su práctica. Para ello, se realizó un profundo análisis de las piezas periodísticas publicadas en cuatro medios digitales con el objetivo de averiguar si los medios monitorizan a los partidos políticos.

Más apariencia que realidad

Los resultados de esta tesis doctoral dejaron ver que aún queda un largo camino por delante para que los partidos políticos sean todo lo abiertos que cabe esperar. Aunque Podemos, el PSOE y el PP estuvieron por encima del 50 % en la evaluación, solamente el primero aprobó los tres niveles de la Guía. Sin duda, se ha detectado una mejora en la voluntad de todas las formaciones por avanzar en transparencia, pero deben emplear también ese esfuerzo en seguir mejorando sus instrumentos participativos y colaborativos.

Se ha detectado una mejora en la voluntad de todas las formaciones por avanzar en transparencia, pero deben emplear también ese esfuerzo en seguir mejorando sus instrumentos participativos y colaborativos

A pesar del avance de la transparencia activa, ninguna de las formaciones dispone de un sistema de peticiones de información. Los expertos del estudio Delphi y el presidente del Consejo de Transparencia afirmaron que los partidos deberían desarrollarlo. Para ello, resultaría necesario reformar la actual Ley de Transparencia y extender el capítulo III para que sea obligatorio para los partidos políticos. Además, la accesibilidad sigue siendo una tarea pendiente para todas las formaciones.

Los partidos valoran en las entrevistas y en sus programas que la transparencia puede ayudar a recuperar la confianza en la ciudadanía. Sin embargo, casi todos se ven como el partido más transparente. Esto impide que hagan una autocrítica constructiva que permita seguir desarrollando su apertura y recuperar la confianza y credibilidad. El presidente del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, Javier Amorós, subrayó que la transparencia de los partidos políticos es «más aparente que real» y tienden a ser organizaciones oscuras. Los partidos deben cambiar de actitud, interiorizarla y convertirla realmente en un eje transversal de sus políticas.

Casi todos los partidos se ven como el más transparente. Esto impide que hagan una autocrítica constructiva que permita seguir desarrollando su apertura y recuperar la confianza y credibilidad

La transparencia forma parte del discurso de los partidos políticos españoles. De hecho, todos se consideraron, a su modo, los impulsores de la ella, por lo que no solo forma parte del ideario de los partidos, sino que también se consideran los responsables de esta.

Las numerosas promesas de los partidos en sus programas no se cumplen en las iniciativas de los grupos parlamentarios del C­ongreso. Ningún partido trató de reformar la Ley de Transparencia, a pesar de que recibió numerosas críticas, salvo por parte del PP, por ser el que la promulgó. En esta tesis vemos necesaria una reforma de esta norma, para que se rindan cuentas como se debe.

La fiscalización de la transparencia es muy escasa aún. El Consejo de Transparencia debe avanzar en su evaluación de los partidos políticos. Para ello, el Gobierno tiene que dotar al organismo de medios y personal suficiente.

Por último, los medios de comunicación no fiscalizan ni monitorizan la transparencia de los partido­s políticos. Es necesario que los periodistas sean conscientes del potencial de la transparencia en sus rutinas y su trabajo diario, y adopten su función fiscalizadora a través de nuevas prácticas periodísticas.

El futuro de la transparencia

Una tesis doctoral no suele culminar una investigación por completo. Más bien, significa el inicio de muchas otras ideas. Así, existen multitud de campos en los que centrarse en torno a la transparencia.

En primer lugar, queda mucho por explorar sobre las funciones f­iscalizadoras de los organismos de la sociedad civil para monitorizar la transparencia y la participación.

También sería interesante seguir investigando el potencial de la transparencia en el periodismo. La transparencia puede ser útil para disciplinas periodísticas muy interesantes, como el periodismo de datos, y para evitar la propagación de la desinformación, tan temida en la actualidad, a través de la verificación de datos.

Por último, es imposible no mencionar la necesidad de relacionar las futuras investigaciones en transparencia con la tecnología, la innovación y el reto de integrar la inteligencia artificial para renovar las estructuras políticas. Surge un gran desafío, que es el de utilizar la robótica y la inteligencia artificial para desarrollar la transparencia, la participación y la colaboración, y que este sistema también sea abierto, eficaz y ético.

La transparencia puede ser útil para disciplinas periodísticas como el periodismo de datos y para evitar la propagación de la desinformación

Cualquier reto futuro debe ir de la mano de la transparencia para garantizar que las decisiones las toma una ciudadanía informada y para obligar a la clase política a rendir cuentas.

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