Por Rodrigo Solá, Miembro ACOP México
El lenguaje no verbal es un área de la comunicación que se ha explorado con poco rigor, lo que ha llevado a la mayoría de los consultores a tratar el tema con lugares comunes. Este hecho contrasta con la gran influencia que tiene el lenguaje del cuerpo, las expresiones, los gestos y hasta los silencios en la eficacia del mensaje.
No es solo un asunto del emisor, perspectiva con la que suele abordarse el asunto sino también del receptor. A lo que muchos llaman intuición es, en verdad, una correcta interpretación del cuerpo o de las expresiones faciales. Gracias a esta capacidad que tenemos todos, unos más desarrollada que otros, una madre identifica cuando su hijo ha cometido una travesura; el entrenador, si uno de sus futbolistas está preparado asumir la responsabilidad y lanzar el penalti, o nos damos cuenta si un amigo nos está mintiendo. Y esta capacidad se puede cultivar.
En general, entendemos el lenguaje no verbal de las personas con las que convivimos y conocemos, sin embargo, esta interpretación se complica en el plano profesional y político. Sin duda, saber “leer el entre líneas” la comunicación de quien tenemos en frente ya sea en una negociación, en un debate o una charla, ofrece indudables ventajas.
Una correcta interpretación de la comunicación no verbal pasa por algunos requerimientos básicos:
1. Conocimiento de la persona: ninguna persona actúa igual que otra y solo el conocimiento continuo nos hará capaces de reconocer cuando alguien se siente intimidado, frustrado, alagado, etc. A mayor conocimiento de la persona, mayor será la probabilidad de acertar en las interpretaciones. Por tanto, hay que conocer lo mejor posible al adversario del debate, al colega de negociación o a los compañeros de equipo.
2. Tomar en cuenta el contexto: cuando las personas se saben observadas, como en una reunión de trabajo, tienden a fingir sur gestos para enviar un mensaje de seriedad, atención, escucha, etc. La expresión de felicidad no será igual en una sala de juntas que en el festejo de un gol, el contexto es tan importante como el lenguaje mismo. De ahí la importancia de desarrollar la llamada inteligencia contextual.
3. Leer los gestos de forma agrupada: La interpretación de los gestos de forma aislada no sirve para nada, jamás podríamos decir que alguien está cerrado a nuestras opiniones solo porque le vemos con los brazos cruzados. Siempre será necesario tomar nota de la mayor cantidad de gestos o expresiones no verbales para poder emitir un juicio con cierta asertividad.
4. Práctica: Como en todo destreza, cuanto más practiquemos mejores nos hacemos. Lo mismo pasa con la interpretación del lenguaje no verbal, es cuestión de práctica para ser cada vez mejores en la correcta interpretación de los signos no verbales. En consecuencia, hay que esforzarse por interpretar conscientemente el lenguaje no verbal.
5. No es una ciencia exacta: Pese a que existen una serie de elementos identificados para el análisis correcto del lenguaje no verbal, no se pueden aprender a leer los gestos y actitudes de los demás sólo con reglas fijas o fórmulas prestablecidas, que sin duda hay que dominar.
Con este breve texto solo pretendo despertar la inquietud en los profesionales de la comunicación, para investigar, leer y poner en práctica un tema apasionante sobre el que se ha hablado mucho pero se ha dicho poco.
Deja un comentario