Entrevista a Gureiker, grupo de investigación especializado en desinformación e impacto social
Julen Orbegozo, Ainara Larrondo y Jordi Morales son los integrantes del grupo de investigación Gureiker (UPV/EHU)
Tik Tok puede traer un consumo pasivo de mensajes, supuestamente desideologizados, que fomentará la desafección y la deslegitimación de la política
Por: Claudia Ortega Chiveli @claudia_chvl
Hemos visto bailar a Isabel Díaz Ayuso y a candidatos a la alcaldía como Joan Ribó (València), Ada Colau (Barcelona) o José Luis Martínez Almeida (Madrid) hablar de sus libros, series o hobbies preferidos. La clase política española ha desembarcado masivamente en Tik Tok este 28M y, aunque sabemos de la enorme influencia de la plataforma especialmente entre los jóvenes, todavía no tenemos resultados que avalen científicamente nuestras hipótesis. Para ponerle solución, el grupo de investigación Gureiker, de la Universidad del País Vasco, especializado en estudios de desinformación e impacto social, ha analizado el comportamiento de candidatos a cinco ciudades y autonomías españolas el pasado 28M. Charlamos con ellos para conocer, a falta de un análisis más detallado de los resultados, cuáles han sido sus sensaciones y motivaciones para llevar a cabo el estudio.
¿Por qué Tik Tok y no otras redes sociales como Instagram?
Si hay un elemento que marca la evolución de la comunicación política del siglo XXI es la irrupción y la expansión de las redes sociales digitales. Primero Facebook, luego Twitter, después Instagram y ahora Tik Tok, los usuarios han ido adoptando una u otra plataforma en función de diversos factores, convirtiendo a cada una de ellas en paradigmáticas de una ‘mini época’.
Nuestra sociedad es la ‘sociedad Tik Tok’, a pesar de no ser la red social digital más consumida. Llevamos algunos años donde Tik Tok ostenta esa hegemonía cultural: ha producido cambios en el lenguaje audiovisual, en el registro comunicativo, en el intercambio de mensajes informativos, etc. Y pese a no ser la red social con mayor número de usuarios, sus lógicas y códigos han permeado en muchos ámbitos de nuestra vida: ultra brevedad de los mensajes, fusión entre la ficción y la realidad, entretenimiento masivo como objetivo vital, etc.
Tik Tok es la plataforma que marca y marcará durante algunos años nuestra época: conocer científicamente lo que se cuece en Tik Tok significa entender mejor nuestra sociedad y los cambios que se producen en ella, cada vez, a mayor velocidad.
Conocer científicamente lo que se cuece en Tik Tok significa entender mejor nuestra sociedad y los cambios que se producen en ella
¿Cuál era el objetivo del estudio?
El objetivo es principalmente descriptivo: ver quién triunfa y qué triunfa en Tik Tok en periodo electoral. Vamos a observar el comportamiento y los contenidos de agentes políticos para entender qué lógicas operan en esta plataforma de, en principio, limitada influencia electoral, pero gran repercusión social.
Tik Tok conlleva el fin de una época: las primeras redes sociales digitales (Facebook y Twitter, en especial) estaban construidas en base a una lógica de red social desde una perspectiva clásica. Es decir, un usuario veía reflejado en su consumo digital el reflejo de su propia cosmovisión social, cultural y política. Aquello que llamábamos de forma despectiva ‘lógica tribal’ o ‘endogamia digital’ puede que no fuera algo tan malo: el usuario permanecía relativamente ideologizado y con un sentimiento de pertenencia a algo, aunque fuera difícil enriquecerse con visiones externas.
En cambio, con Tik Tok la red pierde valor y se convierte en una plataforma de consumo masivo de entretenimiento: los algoritmos ordenan y enganchan todavía más, alienando al sujeto, metiéndolo en un torbellino de distracción intensísima. No importa qué opine políticamente, sino que el producto me entretenga. Por eso es más fácil que un usuario progresista de Tik Tok acabe consumiendo masivamente vídeos morbosos y polarizantes de VOX, sin cuestionarse demasiado políticamente el contenido del vídeo.
En términos políticos, lo que puede traer Tik Tok es un consumo pasivo de mensajes supuestamente desideologizados, que fomentará la desafección y la deslegitimación de la política. Desde una perspectiva del consumo de los contenidos políticos es una vuelta a los tiempos de la televisión, aunque en aquella época teníamos más canales para elegir, cada uno con su respectiva línea editorial, y no había algoritmos tan inteligentes para domesticarnos y anestesiarnos.
¿Qué metodología habéis empleado y cuál ha sido la muestra?
La metodología es el Análisis de Redes Sociales empleando métodos computacionales. Capturamos la huella digital, aplicamos herramientas de procesamiento relacionadas con el big data, visualizamos la información y la interpretamos para generar conocimiento. Es decir, todo aquello que pasa en el mundo digital deja un rastro que se puede monitorizar, sintetizar e interpretar. Los algoritmos y los softwares informáticos nos ayudan a ello. Conformamos un equipo multidisciplinar con conocimiento en ámbitos como la sociología, la política y la comunicación.
Tuvimos claro que no importaba tanto que algún candidato o algún partido de una demarcación concreta no estuviera en la muestra, como el hecho de que sí estuvieran las principales marcas políticas del país con presencia en Tik Tok. Por ello, lo que hicimos fue seleccionar las ciudades más populosas del país y las comunidades autónomas más pobladas, ver quiénes eran los y las candidatas, y monitorizar sus cuentas. También hemos seleccionado las cuentas de los partidos con presencia en la plataforma.
Todo aquello que pasa en el mundo digital deja un rastro que se puede monitorizar, sintetizar e interpretar
Si pudieseis hacer una primera valoración de los resultados, ¿qué tipo de información habéis encontrado?
La captura de datos sigue activa y solo podemos hablar desde la intuición, cosa poco científica. A priori, tenemos la hipótesis de que electoralmente tener cuenta en Tik Tok no es, en general, sinónimo de obtener buenos resultados. Sin embargo, los partidos entenderán pronto que estar en Tik Tok es fundamental para esa guerra por tierra, mar y aire que significa, metafóricamente, la campaña permanente.
Tik Tok es un canal más que debe tener un uso estratégico, con unos objetivos determinados y para un público concreto. La segmentación electoral añade otra pieza al puzle con esta nueva plataforma. La juventud, por ejemplo, está masivamente en Tik Tok y no se asoma por los informativos de televisión. Por tanto, quien comunique estratégicamente también en Tik Tok tiene más papeletas para seguir ganando la batalla.
Hay un ejemplo en el País Vasco. La superioridad del Partido Nacionalista Vasco (PNV) está siendo amenazada por Euskal Herria Bildu (EH Bildu) y en los corrillos se rumorea que la juventud se siente muy alejada de la marca tradicional y tan hegemónica, históricamente, de los jeltzales. Pues bien, adivinen qué partido tiene Tik Tok y cuál no se ha asomado todavía. ¿Es esto una variable definitivamente para que EH Bildu dé el sorpasso al PNV? No, claro que no. Pero sí significa que la coalición soberanista parte con una pequeña ventaja de cara a la comunicación electoral del futuro.
Quien comunique estratégicamente también en Tik Tok tiene más papeletas para seguir ganando la batalla
En un análisis todavía preliminar, ¿os ha sorprendido lo que habéis visto el uso de algún candidato en particular? ¿Se asemeja el uso entre ellos o dista mucho dependiendo del candidato y/o partido?
Como siempre ha pasado, aquí también hay marcas ‘early adopters’ que abren camino y entienden, a la primera, cuestiones básicas como para qué se puede utilizar Tik Tok, para quién se ha de comunicar en Tik Tok, qué registro se utiliza en la plataforma y qué tipo de mensajes se han de transmitir. Hay quienes están en la plataforma un poco por estar y hay otras marcas que diseñan al milímetro la campaña en Tik Tok. Podríamos decir, incluso, que hay partidos que durante las elecciones municipales por primera vez han elaborado una campaña con Tik Tok como canal principal. Uno de esos ejemplos es Recupera Madrid, cuyos vídeos tienen más visualizaciones y me gustas que votos obtuvieron en las urnas.
¿Se ha utilizado más Tik Tok para movilizar voto o para atraer nuevos votantes? ¿Qué tipo de mensajes se han enviado?
Creo que estamos en la fase 1.0 de la compol en Tik Tok, o sea que los partidos tampoco es que hayan tenido clarísimo qué buscaban en esta plataforma. Lo que sí es un hecho es que los contenidos en Tik Tok se diferencian de otras redes en que, generalmente, son contenidos muy preparados, con un guion bien pensado. O sea, paradójicamente, de Tik Tok huye la supuesta espontaneidad. Aquí tienen un arma de doble filo los equipos comunicativos de los partidos: es una red social donde el contenido no es barato y la rentabilidad es indefinida.
Cada vez más representantes políticos se inician en Tik Tok, pero ¿funciona esta red social para la comunicación institucional y la venta de gestión o solo es útil en la apelación emocional?
Esta pregunta se da cada vez que irrumpe con fuerza una red social. Seguro que con Facebook, Instagram o YouTube nos cuestionábamos lo mismo y a todas ellas se ha adaptado con éxito la comunicación política. Hace 10 años nadie se imaginaría que la Policía Nacional en España tuviera una cuenta en Twitter (@policía) y comunicara en los términos en los que comunica.
Ahí está la gran cuestión: se ha de conocer mejor el medio (Tik Tok) para adaptar bien el mensaje y convertirlo en efectivo. La comunicación institucional, probablemente, abrirá un nuevo canal de comunicación directa en Tik Tok. Lo que habrá que hacer es ensayar, experimentar y ver cómo se hace una buena comunicación en Tik Tok. Lo emocional será el eje y no por ello será algo perjudicial, pues querer excluir de la política lo emocional es una querencia viejuna que no lleva a ninguna parte. El asunto es que lo emocional ideologice y no desideologize o deslegitime.
Son contenidos muy preparados, con un guion bien pensado. Paradójicamente, de Tik Tok huye la supuesta espontaneidad
¿Cuál es el perfil de la audiencia que consume esta plataforma? ¿Nos sorprenderíamos con un rango de edad superior al que nos imaginamos?
Es obvio que la juventud está masivamente en Tik Tok. Lo más sorprendente es que los contenidos de Tik Tok se comparten mucho en otras redes digitales y en WhatsApp. Por ello, no se trata tanto de ver quien está en Tik Tok, sino de qué contenido se produce, cómo se viraliza y cómo influye en la producción de mensajes y contenidos. Ya no me sorprende tanto que mi madre o mi padre, jubilados, me compartan en WhatsApp un contenido audiovisual con la marca de agua de Tik Tok. Esa es la magia: que las lógicas de producción y de consumo juveniles, generalmente orientadas a la desideologización política, penetren en otras capas sociales a través de Tik Tok.
¿Cómo ha penetrado la campaña en Tik Tok en los jóvenes que han acudido a las urnas por primera vez? ¿Cómo les ha podido afectar a la hora de decantarse por un partido u otro?
A mí me llama la atención una cosa: los datos corroboran que cada día consumimos menos información política a través de medios tradicionales con una línea editorial determinada. Por tanto, nuestro consumo de información política la cazamos ‘al vuelo’, un mensaje en Twitter, otro en Instagram y un par de días más tarde algo que, supuestamente por azar, vemos en Tik Tok. Ya no tendemos a tener un relato continuado y sostenido de la cuestión política. Por tanto, podemos hacer la cábala de que una persona joven durante una campaña electoral puede recibir uno, dos o, a lo sumo, tres mensajes en Tik Tok, al margen de carteles en la calle o la publicidad electoral tradicional. Y estos mensajes marcarán definitivamente su visión electoral, obviamente.
¿Qué ventajas ofrece Tik Tok en una campaña electoral frente a otras plataformas?
La primera, llegar a un segmento social que ya no alcanza la comunicación política tradicional: la juventud desideologizada. Segundo, humanizar a las personas candidatas y acercarlas a la ciudadanía. Tercero, internamente, obtener información sobre preocupaciones, inquietudes, etc. del público. Cuarto, refrescar la imagen de marca de una institución, de un partido o de un o una candidata.
Respecto a otras plataformas, ¿hay más o menos desinformación y fake news en Tik Tok?
Esta es una gran cuestión. El caso es que en Tik Tok todo es fake y nada es fake, porque mientras me entretenga, no importa si es un contenido guionizado o ficcionado. Habrá que ver los resultados del estudio para corroborar esta teoría, pero partimos de la hipótesis de que no se trata tanto de contenidos fake o reales, sino del tratamiento que hace el usuario del input.
En Tik Tok todo es fake y nada es fake, porque mientras me entretenga, no importa si es un contenido guionizado o ficcionado
Sin apenas tiempo para analizar los resultados entramos en una nueva campaña electoral. ¿Continuaréis en el estudio de cara al 23-J?
Esa es la intención. Y prevemos que cada día habrá más recursos y equipos científicos a observar lo que pasa en esta plataforma digital muy paradigmática de nuestra sociedad.
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