Por Alejandro IbÁñez, @Alejandro_Ibago, formador en debate, discurso y media training.
Vivimos una etapa política ciertamente convulsa a nivel mundial. Estados Unidos no se salva, donde estamos viviendo el mayor cierre de gobierno de la historia y Trump amenaza con prolongarlo semanas o incluso meses mientras que miles de familias sufren por la incapacidad de acuerdo.
Si bien es cierto que el sistema bipartidista es el que sigue imperando en Estados Unidos, también lo es que hay una importante tendencia dentro de los dos grandes partidos de ir hacia el extremo del ideario político que representan. Es ahí donde se encuentra Alexandria Ocasio-Cortez, acompañando a Bernie Sanders para seguir impulsando la izquierda socialista dentro del partido demócrata.
De origen puertorriqueño, nacida en el Bronx, camarera y con dificultades para pagarse el alquiler en sus primeros meses en Washington. Ocasio se ha convertido en toda una figura inspiradora para miles de jóvenes y de personas, en general, que se sienten identificados con ella y que habían perdido la confianza en la política y en los políticos.
“Estamos en el edificio, juramos mañana”. Así describía Ocasio la foto que se ha hecho viral donde aparecen, junto a ella, cinco mujeres más que han hecho historia en las pasadas elecciones de medio término. Ayanna Pressley se ha convertido en la primera congresista de color que represente a Massachusetts, por su parte la congresista electa, Ilhan Omar, ha sido la primera persona de la Cámara en usar hiyab, Deb Haaland y Sharice Davids se han convertido en las primeras mujeres indígenas en el Congreso. Verónica Escobar y Sylvia Garcia son las primeras mujeres hispanas que Texas ha elegido para un cargo federal. Y, Ocasio, se ha convertido en la mujer más joven (29) elegida como congresista. Sin duda alguna, todas ellas están llamadas a hacer historia, siendo el momento en el que más mujeres hay (113) en las dos cámaras del Congreso.
Ocasio, ha roto esa línea, a veces invisible, que tantas veces separa a algunos políticos y a la ciudadanía. Sus Instagram stories son la mejor evidencia, donde cocina a la vez que explica su agenda política o, donde se defiende del ataque de sus adversarios por un video suyo que se dio a conocer donde aparece bailando en su etapa universitaria. ¿Su réplica? Un video bailando en la puerta de su despacho en el Congreso; simplemente brillante desde el punto de vista de la comunicación política.
Esa naturalidad perfectamente calculada difícil de imaginar en otros políticos, como por ejemplo Hillary Clinton, ha conquistado a sus seguidores y ha roto esa barrera que imposibilitaba la interacción constante entre los ciudadanos y sus representantes.
Ocasio se enfrenta a un reto de dimensiones épicas, en un momento en el que ha conseguido generar una gran expectativa de cambio para cientos de miles de personas que podría llegar a compararse con la que generó Obama en 2008 y estando su nombre como posible candidata para las presidenciales de #2024, es ahora cuando tiene que estar a la altura de las circunstancias y probar que detrás de esa imagen tan trabajada hay un fondo que es capaz de impulsar un cambio a mejor para todas aquellas personas que a día de hoy están esperanzadas, expectantes e ilusionadas por su figura.
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