Juan M. Zafra, director de El Molinillo de ACOP
Juan M. Zafra @prensa14 fue primero subdirector y, desde septiembre de 2014, director de El Molinillo de ACOP. A partir del presente número cede esta responsabilidad para comenzar un nuevo proyecto empresarial. Hizo sus primeros pinitos en el periodismo trabajando en Radiocadena Española –después, Radio Nacional de España–, más tarde en el semanario Mercado y en el diario El País, durante 11 años. Después se ha dedicado a la comunicación corporativa –como jefe de prensa de Retevisión– e institucional –como director de comunicación del plan Avanza para el impulso de la Sociedad de la Información en España– y como asesor del secretario de Estado de Comunicación del Gobierno de España. Emprendedor y docente -es profesor de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III- nos ofrece su visión personal de cómo entiende la comunicación política.
Por J. Pedro Marfil, Gerente de ACOP
¿Crees que existe un menor interés por la política? ¿Por qué?
En absoluto. La política, como no puede ser de otro modo, es una de las mayores preocupaciones ciudadanas. Existe, no obstante, hastío entre la ciudadanía por esa práctica perversa de los políticos de hacer campaña electoral permanente, dando la espalda al diálogo, confrontando siempre con los colectivos y fuerzas políticas que no son afines, buscando la forma de conseguir poder con el único propósito de copar ambiciones personales y no por el bien común. El hastío ha llevado al desapego. Se necesitan nuevos líderes, nuevas formas de hacer política, robustecer la democracia, aplicar la transparencia, dialogar y evidenciar y hacer realidad la voluntad de cooperar a favor del procomún.
¿Piensas que el marketing está eclipsando las verdaderas políticas?
Si. La POLÍTICA, con mayúsculas, se ha empequeñecido como consecuencia de actitudes tacticistas y las agendas personales de corto plazo. Los programas políticos, los planes de gobierno han dejado paso a una forma de gestionar, si se puede considerar así, al socaire de los acontecimientos, la inmediatez y la resolución de los conflictos que nos genera una sociedad en cambio permanente de manera cortoplacista. Se busca el titular fácil, la foto, el vídeo viral sin hacer el menor esfuerzo por comprender los cambios que nos afectan a largo plazo.
¿Crees que es más importante el esfuerzo que hacen los partidos durante las campañas para comunicar o el que se debería hacer durante la legislatura completa?
Lo importante es que en campaña se comuniquen claramente los programas que se han elaborado, las metas que se pretenden alcanzar a partir de la aplicación de un plan de Gobierno previsto para el caso de que los ciudadanos den su confianza a un partido. Los políticos con ambición personal han desacreditado a sus propios partidos, distorsionando, cuando no tirado directamente a la papelera los programas electorales y hasta los planes de gobierno elaborados. Esa es la razón por la que el grito “no nos representan” se ha alzado. Por eso y porque quienes conquistan el poder abandonan demasiado pronto los comportamientos, las costumbres, que seguían cuando no tenían el mando. No quiero dejar de subrayar que la acción de Gobierno debe perseguir tanto el interés de quienes han votado a la formación que lo sostiene como el de quienes dieron su voto a otras formaciones. Sólo así se cohesiona y progresa una sociedad moderna.
Como experto en comunicación en Internet y redes sociales, ¿consideras que hemos tocado techo en cuanto a su uso e influencia en los electores?
No. Estamos en la prehistoria. Las redes sociales se usan básicamente para el activismo. Aunque ya estamos conociendo buenos ejemplos, el reto está en la participación y la interacción permanente. La fortaleza súbita de nuevas fuerzas políticas como Podemos o Ciudadanos se fundamenta, en buena medida, en que saben sacar partido de la Red, tienen asimilado el concepto de sociedad Red y la importancia de los nodos o círculos.
¿Cómo consideras que está la relación entre investigación y consultoría en comunicación? ¿Puede mejorarse?
Puede mejorarse. ACOP está haciendo un notable esfuerzo para acercar el mundo académico y el profesional. Sinceramente creo que ACOP es una de las iniciativas más exitosas en esa dirección.
Qué papel crees que debe desempeñar una asociación como ACOP en el desarrollo del sector.
Promover la profesionalización de la actividad de comunicación política e impulsar, con garantías de rigor y profundidad, la formación de nuevos profesionales y la divulgación de los trabajos académicos y las investigaciones.
¿Qué consideras que una revista como El Molinillo puede aportar a un sector tan transversal como el de la comunicación política?
Difusión. Debe ayudar a consolidar la profesión de comunicador político y también, porque no, poner en evidencia las deficiencias en comunicación de gobiernos, instituciones y partidos. Desgraciadamente en España los políticos se acuerdan de la comunicación cuando son derrotados en elecciones o cuando se enfrentan a una crisis en el Gobierno. Hasta entonces no suelen preocuparse demasiado de eso con lo que tantas veces quieren vendernos la moto: “transparencia, participación y colaboración”.
¿Dónde queda trabajo por hacer?
En la investigación para evitar la improvisación; en la formación, para evitar el menosprecio y también el amateurismo; y en la convicción, para eliminar prácticas ocultistas que perjudican a toda la ciudadanía. Los profesionales de ACOP tienen ahí una oportunidad y diría que una responsabilidad social con el ejercicio de su actividad.
¿Algunas palabras que quieras dirigir a los lectores de El Molinillo?
Gracias. Ha sido una etapa fantástica. Me hubiera gustado seguir al frente de una publicación que gana prestigio con cada nuevo número. Es gracias a las aportaciones de sus colaboradores, al apoyo de la junta directiva de ACOP y a tantos amigos que echaré mucho de menos al final de cada mes cuando llegue la fecha de cierre del número. Estoy muy agradecido y muy orgulloso de haber continuado la labor de mis predecesores. Espero que hayáis disfrutado esta etapa.
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