Por Ignacio Carrascón Herranz, @iCarrascon, estudiante de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid
La Asociación de Comunicación Política (ACOP) organizó el 4 de noviembre un webinar para analizar las elecciones presidenciales en EE.UU, con la presencia virtual de tres corresponsales de referencia.
Hospedó la charla Verónica Fumanal (@VeronicaFumanal), presidenta de la ACOP, y entre conexión y conexión con sus medios, amablemente participan los corresponsales Dori Toribio (@DoriToribio), Bricio Segovia (@BricioSegovia) y Pablo Pardo (@PabloPardo1).
Con el resultado aún en el aire, pero escorado hacia Biden, el encuentro estuvo claramente marcado por la posibilidad de que Trump no acepte una eventual derrota.
Esta crónica se escribe con el recuento aún abierto en Estados clave como Pensilvania y con un mapa cuyos colores son muy similares a los de 2016, salvo la actual victoria demócrata en Arizona, segunda desde la última Guerra Mundial.
Expone Toribio la incertidumbre con la que tanto EE. UU como el mundo están viviendo estas elecciones, causada en buena medida por la gran complejidad de los procesos democráticos estadounidenses, su obsoleta regulación legal y la carencia de una Junta Electoral y organismos observadores.
A esta complejidad, señala Pardo, se une la disparidad de sistemas de votación de los distintos condados y el hecho de que el máximo responsable del recuento en cada Estado sea el Secretario Estatal, un cargo electo. Todo ello podría complicar e incluso judicializar el recuento. Recuerda el precedente del año 2000, cuando G.W. Bush obtuvo los 25 votos de Florida, y con ellos la Presidencia, de la mano del Tribunal Supremo, tras un largo procedimiento judicial.
Coinciden los tres en que la estrategia del caos y la narrativa conspiratoria contra el voto por correo han marcado la campaña de Trump. Apunta Toribio que este relato le presenta como salvador del proceso electoral si gana y como víctima agraviada si pierde.
Para Segovia, el peculiar estilo personal de Trump, quien con una base incondicional que aplaude sus exabruptos, se encuentra cómodo bordeando los límites legales y morales. El todavía presidente ha logrado que los republicanos hayan dominado la competición y marcado las agendas. Hasta contraer la COVID-19 ha reforzado su imagen, antes que dañarla. Así, a Biden se le presenta como anciano y enfermizo y se señala su posible sustitución por Kamala Harris durante la legislatura.
Subraya también Segovia la conexión negativa demócratas-socialismo que Trump ha logrado establecer entre los votantes hispanos que, añade Pardo, conectaban ya con muchos de los valores del presidente y su faceta de show-man.
Un encuentro enormemente ilustrativo, dentro de la inevitable incertidumbre del momento en que se encuadra.
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