Si hay algo verdaderamente importante en el ámbito político es el papel que juega la comunicación, sobre todo en situaciones tan relevantes y decisivas como las reuniones y negociaciones de la Unión Europea con el Reino Unido. Tanto es así que ha sido la predisposición a dialogar de ambas partes la que ha permitido finalmente llegar a acuerdos como el del pasado 29 de enero, cuando se establecieron algunos de los términos para la transición de la salida del país británico de la UE, lo que puede que dure hasta el 31 de diciembre de 2020.
Pero, además, el ‘brexit’ ha provocado un intenso debate en lo que se refiere a la redistribución de escaños en el Parlamento Europeo. La principal propuesta que se presentó hace unos días en Estrasburgo establece que 27 de los 73 escaños de los que disponía el Reino Unido como Estado miembro de la Unión Europea, se repartirán entre los 27 países miembros de la UE. Así se indica en el ‘Informe de la comisión de asuntos institucionales’ que propone reservar los otros 46 escaños a futuros miembros de la Unión o a las listas electorales transnacionales, aunque esto último ha sido rechazado por los eurodiputados en el Pleno. Este nuevo reparto de escaños se ha traducido en una intención de reducción de asientos en el Parlamento Europeo.
En total, la institución cuenta en la actualidad con 751 escaños, el máximo que permiten los tratados constitutivos. Uno de los objetivos de esta propuesta es evitar la infrarepresentación de Estados con menos población (ya que la Eurocámara sigue el principio de ‘proporcionalidad degresiva’) y conseguir que los países con menos escaños ganen entre uno y cinco asientos. En el caso de España, por ejemplo, se pasaría de 54 a 59 eurodiputados a partir de 2019.
Como ha informado el Parlamento Europeo, esta redistribución sólo entrará en vigor una vez se haya efectuado la salida de Reino Unido de la UE, lo que se espera que se produzca en marzo de 2019, a las puertas de las próximas elecciones europeas que podrían celebrarse del 23 al 26 de mayo de ese mismo año, tal como propuso la conferencia de presidentes del Parlamento.
La principal disposición normativa por la que se guía esta propuesta de distribución de asientos entre los Estados miembros es el artículo 14 del Tratado de la Unión Europea (TUE), que en su apartado 2 establece que “el Parlamento Europeo estará compuesto por representantes de los ciudadanos de la Unión. Su número no excederá de setecientos cincuenta, más el Presidente. La representación de los ciudadanos será decrecientemente proporcional, con un mínimo de seis diputados por Estado miembro. No se asignará a ningún Estado miembro más de noventa y seis escaños”. Y además añade que será el Consejo Europeo, a iniciativa del Parlamento Europeo y con su aprobación, el que tomará una decisión unánime sobre la composición de la Eurocámara conforme a los principios dispuestos en este artículo.
Así las cosas, la propuesta debatida en el pleno de la semana pasada fue aprobada con 431 votos a favor, 182 en contra y 61 abstenciones. Tras este respaldo, la iniciativa legislativa se remitirá a los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la UE, quienes deberán tomar una decisión unánime, y será el Parlamento quien dará su consentimiento final. Será éste uno de los temas analizados en una cumbre informal de los líderes de la UE el próximo 23 de febrero.
Vídeo del debate sobre la redistribución de escaños en el Parlamento Europeo (con traducción)
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