Por Ignacio Martín Granados
Desde que en los años noventa comenzaran los programas denominados reality shows o de telerrealidad, con cada nuevo capítulo de estos polémicos formatos televisivos pensábamos que lo habíamos visto todo. Sin embargo, los caminos del politainment son inescrutables y era cuestión de tiempo que política y telerrealidad juntaran sus destinos.
De título todavía provisional, Mr. et Mme. tout le monde (una traducción libre sería “Personas normales y corrientes”) es el nuevo reality que prepara el quinto canal de la televisión francesa, TDT D8, en el que transformará a diputados y ex ministros en ciudadanos anónimos que registrarán sus vivencias a pie de calle con una cámara oculta.
Dicha cadena ha querido hacer un ejercicio de empatía política y, con este “formato documental de inmersión”, acercar a los políticos a la vida real, despojándoles de los privilegios que les otorga el escaño y -maquillados y caracterizados para no ser reconocidos- enfrentarlos a los problemas y realidad cotidiana de cualquier galo.
Por lo que ha podido conocerse, ocho son los políticos franceses que han aceptado formar parte de este experimento que se estrenará en 2015. Uno de ellos es el ex ministro de Transportes Thierry Mariani (UMP), quien se ha puesto en la piel de una persona con discapacidad y tuvo que desplazarse por la capital en silla de ruedas.
Otro de ellos es el ex presidente de la Asamblea, Bernard Accoyer (UMP), que tuvo ocasión de conocer de primera mano la realidad de las urgencias hospitalarias. Por su parte, Julien Dray (PS), fundador de SOS-Racisme y actual consejero regional de Île-de-France, se caracterizó como profesor de secundaria; Samia Ghali (PS), senadora de la Bouches-du-Rhône y alcaldesa del distrito 8 de Marsella, se metió en la piel de una madre divorciada con dos hijos en busca de un hogar; Dominique Bussereau (UMP), participó en un curso de recuperación de puntos del permiso de conducir y Jean Luc Romero (PS), tercer consejero regional de Île -de-France, se convirtió en un activista ciudadano animando a la gente a votar.
Los políticos Michel Alliot-Marie y Geoffroy Didier (UMP), tras haber participado en las pruebas de maquillaje, finalmente rechazaron intervenir en el programa.
Como en cualquier otro reality, con el objetivo de aumentar la audiencia, tras la emisión de las imágenes los políticos comentarán en plató sus experiencias e intentarán mejorar la gestión de los servicios que se dan a los ciudadanos. Sin embargo, tras conocerse la noticia, las críticas no se han hecho esperar acusando a este programa de pervertir el debate político, estar desconectado de la realidad y de fomentar el espectáculo por el espectáculo.
Formatos televisivos
Aunque alejado de este formato, tampoco es la primera vez que se propone un proyecto de este tipo. El Canal Parlamentario de la Asamblea francesa (LCP) lleva emitiendo desde 2009 el programa “Me gustaría contar con tu presencia” que invita a un representante político a compartir la vida cotidiana de un ciudadano, viviendo una inmersión profesional totalmente diferente a la que desempeña en la Cámara.
Y aunque sólo se llego a producir un episodio, el portal de internet Dailymotion -producido por Aftermedia- emitió en noviembre de 2009 “Político a domicilio”, espacio en el que un político asistía a cenar a casa de una familia, ayudándoles en la elaboración de los platos, mientras hablaban de política. Asimismo, en 2003, TF1 planeó un reality con políticos, llegando a grabar a Jean-François Copé (UMP) 36 horas con una familia francesa. Sin embargo la difusión fue cancelada en el último momento por Jean-Pierre Raffarin, el entonces primer ministro, que lo consideró «una mezcla de géneros inaceptables”.
Otros países también han coqueteado con la telerrealidad en política: Palestina con Al Rais («El Presidente»), un hipotético casting a partir de 25 candidatos para sustituir al presidente de la Autoridad Palestina; en el Líbano, el programa Al Zaim («Líder») formaba buenos candidatos con la oportunidad de que el ganador pudiera presentarse a las elecciones siendo financiada su campaña por la cadena Al Jadeed; y en Canadá, el concurso Canada’s Next Great Prime Minister, emitido entre 2006 y 2008, era protagonizado por cuatro jóvenes con edades de entre 18 a 25 años que debían responder las preguntas formuladas por políticos para hacer de Canadá un país mejor, más fuerte y más próspero.
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