Alberto Polo

@albertopocu

Responsable audiovisual de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial en 2023

Alejandra Artero 

@alejandrartero8

Asesora de Comunicación en la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial

Una historia sobre cómo contamos el acuerdo en la negociación de un reglamento histórico (el de Inteligencia Artificial) en un contexto inédito, uno de los trílogos más largos que se recuerdan en la historia del ejercicio europeo.

El pasado viernes 8 de diciembre la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea sellaron un acuerdo histórico. Alcanzaron consenso sobre el conocido ‘AI Act’ (Reglamento sobre Inteligencia Artificial), un expediente legislativo clave por motivos evidentes y, además, el primer reglamento sobre esta tecnología en todo el mundo.

La gran noticia es que este consenso supone un hito por el impacto que la nueva ley tendrá en Europa y en el mundo, haciéndonos avanzar hacia el progreso tecnológico con control y garantías.

Pero, volviendo atrás en el tiempo, la negociación para llegar a este acuerdo (y especialmente el final de la misma) ha atraído el foco de medios internacionales y nacionales que, además de sus análisis técnicos sobre la norma, han destacado un aspecto objetivo y clave: el expediente se ha cerrado con España ocupando la Presidencia rotatoria del Consejo de la UE y, por tanto, liderando las negociaciones entre los tres actores clave en el proceso legislador europeo (Comisión, Parlamento y Consejo).

En los términos que ocupan esta publicación, la Comunicación Política, no escapa a lo evidente que la noticia lo tenía todo para posicionarse en el foco mediático: un sujeto paciente en boca de todos durante el último año (la Inteligencia Artificial), una clímax inédito en lo que a estas negociaciones se refiere (un trílogo de casi 40 horas con poco descanso) y una expectación creciente del mundo exterior fuera de la sala de reuniones a cada hora que pasaban los legisladores en ella (no exageramos, alguien creó la cuenta de X @isthereadeal mientras estábamos ahí dentro).

Atraer la atención era una cuestión fácil (si es que eso existe en estos tiempos), dejémoslo ahí, pero teníamos un gran reto: ¿cómo transmitir de forma didáctica y finalista la importancia de lo que estaba pasando en Bruselas para el día a día de la vida de cada ciudadano europeo?

Solo se nos ocurrió una idea: transparencia, cercanía y ¿por qué no? Algo de humor. 

El antes

Convencidos por la idea de contar en tiempo real lo que pasaba en Bruselas, acompañamos al equipo negociador en su viaje desde el principio. En este caso, por la temática del expediente, el equipo lo conformaban principalmente m­iembros de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Ministerio de Transformación Digital).

Sobre el papel, la cuestión estaba clara: “contaremos en nuestras redes sociales lo que hacemos en Bruselas como Presidencia del Consejo durante el trílogo de este reglamento”.

Pero, volviendo a nuestra premisa inicial de llegar a todos los europeos, hay que empezar por el principio.

Pusimos en marcha un hilo de X (antes Twitter) a través de @sediagob para responder a ciertas preguntas: ¿qué es un trílogo? ¿qué rol juega la presidencia del Consejo de la UE? ¿cómo se legisla en Europa? ¿dónde se negocia? ¿para qué sirve la Representación Permanente de un país en Europa?

Además, ya anunciábamos que en el mismo hilo contaríamos el avance de lo que esperábamos que fuera el final de ese trílogo sobre el Reglamento de Inteligencia Artificial. Ya habíamos plantado la primera semilla.

El DURANTE

Teniendo en cuenta que ciertas cosas que ocurren dentro de la sala de negociación son confidenciales hasta que la primera versión del texto se hace pública (unas 4-5 semanas tras el cierre del acuerdo), ¿cómo hacer sentir al espectador que tiene acceso a lo que está ocurriendo dentro?

Qué cliché, pero una imagen vale más que mil palabras.

Acompañamos cada publicación con imágenes de lo que pasaba dentro. Quién está negociando, cómo se comportan los equipos, los detalles de las mesas en las que trabajan, qué pasa en los pasillos…

Nada más y nada menos que la realidad de lo que estaba ocurriendo: gente de verdad, trabajando de verdad y siendo de verdad (cansancio, tensión, ilusión, etc.).

Podemos decir que funcionó. La interacción con el hilo empezó a crecer y sentíamos la expectación.

Otra clave del ‘durante’ fue, precisamente, esta interacción y no ser ajenos a ella. Había (mucha) más gente en la sala contando lo que pasaba dentro según sus ojos y, en honor a esa cercanía, era fundamental unir fuerzas.

El DESPUÉS

Tras muchas horas (y alguna duda de nuestros espectadores en X) nos tocó publicar lo que queríamos publicar desde que llegamos a Bruselas: el clásico ‘We have a deal’ por parte de la Presidencia del Consejo.

Una vez más, ¿cómo hacer llegar al público lo que verdaderamente ha sido ese momento? ¿Cómo transmitir cómo hemos llegado hasta aquí? Enseñándole lo que ha pasado y cómo ha pasado, claro.

Un vídeo en tiempo récord mientras los abrazos y aplausos llenaban la sala. Antes de que saliéramos de allí ya habíamos enseñado cómo se había cerrado la negociación. 50 segundos para resumir 4 días de viaje y casi 40 horas de negociación. Casi 11.000 r­eproducciones del vídeo como resultado. Y así llegamos al final de nuestra historia.

Al hilo de X siguieron ruedas de prensa, entrevistas, preguntas, columnas de opinión… algo así como más de 50 medios internacionales, unas 200 piezas sobre la legislación y mucho (muchísimo) debate sobre el impacto del expediente.

Es difícil saber si acertamos o no con cómo transmitimos el final de esta negociación, pues, volviendo a los refranes ‘para gustos, los colores’.

Pero una cosa esta clara, Europa sabe que ‘We have a deal!’

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