Paloma Piqueiras @palomapiqueiras,

Doctora en Comunicación. UCM y Vicepresidenta de ACOP

Según la relación de datos de la ONU, la representación de las mujeres en la esfera política ha sido llamativamente baja a lo largo de la historia. Si bien ha existido una cierta evolución en la última década, según la misma fuente, en la actualidad sólo 10 mujeres son jefas de Estado o de Gobierno en todo el mundo, lo que representa el 7% del total de jefes de Estado y el 5% de todos los jefes de Gobierno.

También está constatada la reducida presencia femenina en gabinetes gubernamentales (menos de un 30%), así como las estructuras de cristal que existen en dichos ambientes. En la práctica esto significa que cuando las mujeres alcanzan la dirección de un Ministerio, normalmente su papel queda ligado a las consideradas “carteras blandas” (Asuntos Sociales, Medio Ambiente, Juventud, etc.).

Algunos de estos datos, aunque no están registrados de forma oficial, son lo suficientemente contundentes para señalar diferencias entre los puestos de desempeño de las mujeres y los hombres. Por ejemplo, de acuerdo a un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 2014, los niveles de representación que alcanzan las mujeres en la Administración Pública no son estables y se encuentran en clara minoría con respecto a los hombres en los puestos de alto nivel.

Estos datos fueron el núcleo central de la conversación, debate y posterior reflexión creadas en el Ciclo de conferencias «Current Topics in Strategic Communication» que este mes de marzo organizaron conjuntamente el Grado en Global Communication (Universidad Pontificia de Comillas), Egaleco Lab, consultora de género y planes de igualdad y ACOP. Dentro de este marco, la jornada específica de “#MujeresComPol: conquistas y desafíos de la igualdad en la comunicación política” contó con las intervenciones de Ángela Paloma Martín Fernández, Directora de Gabinete de la SEDIA, Beatriz Llanos Cabanillas, Consultora Independiente para América Latina, y Paloma Piqueiras Conlledo, vicepresidenta de ACOP.

Las exposiciones de las ponentes versaron sobre un tema común, el papel de las mujeres en la comunicación política, pero desde perspectivas distintas. Así, mientras Ángela Paloma enfocó su charla desde el ámbito de la Administración Pública, Paloma Piqueiras puso la mirada de la consultoría en comunicación política y Beatriz Llanos indagó en detalle en el contexto de América Latina, poniendo sobre la mesa la situación, riesgos y avances que se han dado en el continente en las últimas décadas.

El recorrido de las tres participantes permitió sacar algunas conclusiones claras: en primer lugar, los avances en materia feminista son férreos, palpables y necesarios y, aunque aún quedan pasos por dar, el camino recorrido ha de ser puesto en valor. En segundo lugar, las mujeres merecen estar en todas las esferas públicas y privadas en segura convivencia con los hombres y, en esta materia, se forjan las raíces de la igualdad y de la democracia. En tercer lugar, los liderazgos en cualquier ámbito y, especialmente, en el entorno político, no pueden ni deben ser objetos de simplificaciones. Las mujeres, al igual que los hombres, no son un colectivo uniforme, por lo que no se puede esperar que todas tengan una misma forma de liderar. Intentar definirlas en base a sus características biológicas no sólo perpetúa estereotipos, sino que las limita en capacidad y las empequeñece.

La conversación posterior a las intervenciones propició la puesta en común de experiencias, apreciaciones y consejos y dejó, finalmente, la última de las lecciones de la sesión (una que no por estar ya asimilada, debemos olvidar): la introducción de la perspectiva de género en el ámbito profesional es fundamental, justa y necesaria. Sólo así se podrá alcanzar un pleno desarrollo social.

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