A veces las conversaciones informales dan para muchas anécdotas. ¿Crees que una mujer puede ser presidenta? fue la pregunta que desató una serie de elucubraciones que culminarían en repetir esta duda a cuatro grupo de mujeres de distintas edades y nacionalidades, obteniendo respuestas muy diversas.

Sin pretender ser un estudio exhaustivo de opinión pública, ni obtener resultados concluyentes, los cuatro “grupos de estudio” se compusieron por mujeres de España y Ecuador, uno entre los 20 y 35 años y otro de más de 60 años. Las opiniones que se desarrollaron en estas conversaciones informales resultan curiosas e interesantes porque desvelan similitudes que no distinguen entre nacionalidades o edades, pero también marcan diferencias.

Las opiniones sobre si una mujer puede ocupar el poder ejecutivo son unánimes sin importar la edad y la nacionalidad: todas las “entrevistadas” creen que una mujer puede ser presidenta, pero cada una tiene sus puntos de vista individuales para justificarlo. De tal manera, todas, sin excepción, lo abstraen a sus países, a su realidad e incluso alguna a su círculo familiar, sin pensar a nivel general: “yo votaría por una mujer, pero no hay por quién, y no sé si, por ejemplo, mi padre votaría por una mujer”. La anterior declaración dividía las opiniones de los grupos en dos bandos, aquellas que pensaban que la sociedad, tanto ecuatoriana como española, está lista para tener una presidenta y quienes no creen que el machismo permita tener a una mujer en la presidencia. De todas maneras, la división de opiniones no responde a criterios de edad o nacionalidades, en todas las conversaciones se formaron dichos bandos.

Otro dato que resulta curioso es que, independientemente de la nacionalidad y la edad, siempre surge la ineludible comparación entre el mandato de una mujer y de hombre. “Seguro que puede hacerlo mejor que Mariano (Rajoy, actual presidente en funciones de España)… si podemos llevar una casa… con lo que lleva, no te digo un país”, “una mujer puede estar tan capacitada o más que un hombre”, “tenemos las mismas capacidades que los hombres para gobernar una nación”…

Frente a estas primeras convergencias de edad y nacionalidad es importante recordar que comparando America Latina con Europa, el porcentaje de mujeres que han gobernado países por elección popular no es muy distinto. Sin embargo, no es comparable el número de hombres que han asumido el ejecutivo a lo largo de la historia en ambos continentes con el número de mujeres. De los veintiséis países que conforman América Latina, diez (23%) han tenido presidentas elegidas en las urnas: Nicaragua, Panamá, Chile, Argentina, Costa Rica y Brasil. Otras cuatro mujeres latinoamericanas han ejercido el poder ejecutivo por sucesión constitucional o por encargo del poder ejecutivo o regímenes de facto en transición. En una comparativa con Europa, de los cincuenta países del continente, doce (24%) han tenido mujeres encabezando su poder ejecutivo: Alemania, Dinamarca, Eslovenia, Lituania, Noruega, Croacia, Kosovo, Malta, Polonia, Islandia, Finlandia y Suiza.

Con respecto a las diferencias que se desvelaron entre una y otra conversación hay que destacar que no se evidenciaron diferencias en las respuestas según edades. Sin embargo, una diferencia clara se marcó entre las conversaciones con mujeres ecuatorianas y españolas; un porcentaje alto de ecuatorianas justifican que actualmente “no hay mujeres capacitadas” y que “ahora mismo ¿quién podría?…”. En este sentido, no creen que en la actualidad pueda haber una presidenta en el Ecuador a pesar de que varios nombres han salido al escenario electoral considerando que hay elecciones en 2017, entre ellas: Cinthya Viteri, Lourdes Tiban o Lourdes Cuesta, entre otras.

Por el contrario, en España, la idea de que una mujer sea presidenta ya tiene nombre en la palestra, barajándose el de Soraya Sáenz de Santamaría como posible candidata del Partido Popular. Aunque no para todas, es importante que ya exista un referente femenino para asumir el ejecutivo español, al menos uno.

Por último, cabe señalar que la alemana Ángela Merkel es el ejemplo por excelencia de lo bien que puede gobernar una mujer, al buscar referentes femeninos, la totalidad de mujeres se refieren a la canciller alemana como ejemplo de preparación y capacitación que son los valores que se destacaron en todas las conversaciones. A lo mejor, mucho le debemos a los medios de comunicación y la imagen que nos han proyectado de una Ángela ejemplar ya que, al menos en Latinoamérica, tenemos referentes de gobernantes mujeres como Michelle Bachelet o Dilma Rousseff (quien comparte ranking con Merkel en la lista de la revista Forbes de las 100 mujeres más poderosas), pero que no resultan referentes, al menos en estas conversaciones en concreto.

Se evidencia en este tipo de conversaciones que ya se ha recorrido mucho camino y que poco a poco desaparecen las diferencias generacionales; para todas las mujeres es posible ver a una presidenta, al menos en estos casos en concreto. “¿Crees que una mujer puede ser presidenta?” parece una simple pregunta, pero engloba muchos criterios sociales, éticos, políticos, culturales, económicos… que entrevén una opinión por cada mujer y cada realidad. Estas conversaciones me han dejado ganas de realizar un estudio de opinión del cual extraer conclusiones determinantes. De momento, esperemos ver pronto a mujeres presidentas en España y Ecuador.

2 comments
  • carmen
    Publicado en 23 mayo, 2020 at 5:45 pm

    gracias por su informacion

    Reply
  • Pepito
    Publicado en 15 marzo, 2021 at 7:37 pm

    Gracias por la información

    Reply

Deja un comentario