Consultor y fotógrafo político, @eezequielmoka

«Kamala Harris tiene un trato muy cercano y eso sale solo en la cámara»

Por José Luis Izaguirre, @jl_izaguirre92

Eduardo Ezequiel comenzó su trayectoria profesional en San Francisco en el ámbito de la consultoría política y la fotografía política. Ha trabajado en diferentes partes del mundo y ha fotografiado las campañas de Kamala Harris, Gavin Newsom o Libby Schaaf.

También es fundador de Moka Strategic, una consultoría estratégica de comunicación. Con más de 6 años de experiencia en Estados Unidos y Europa, Moka Strategic nace para solventar retos de comunicación a los que se enfrentan empresas, asociaciones, personalidades públicas y candidatos políticos.

Centrados en temas de asuntos públicos y elaboración e implementación de estrategias para ganar campañas de comunicación y con sucursales en Los Ángeles, Madrid y Zaragoza, han ayudado a comunicar en situaciones de crisis, desarrollado estrategias ganadoras en campañas políticas y creando contenido para campañas de gran influencia pública.

Quién es Eduardo Ezequiel, cuéntanos tu trayectoria y qué estás haciendo ahora.

En 2013 empecé a colaborar con una consultora en California para el Partido Demócrata y llevo desde entonces d­edicándome a la consultoría política y a la fotografía política. Primero empecé de becario en SCN Strategies, una consultora política, mientras por las tardes trabajaba de niñero. Más adelante, por azares del destino y lo caprichosa que es la vida, fui juntando pasiones e inquietudes y en mi caso, aunque comencé como becario, luego me convertí en trabajador de la consultora en el departamento de estrategia de campañas, creando material audiovisual para ellos.

Al cabo del tiempo, a veces mis fotografías gustaban más que las que contratábamos»

En ese momento yo llevaba mis cámaras a todos los lados con la inocencia de un chaval joven de 21 años que le gustaba mucho la fotografía política, y aunque en ese momento contratábamos a fotógrafos profesionales, yo me llevaba la cámara. Al cabo del tiempo, a veces mis fotografías gustaban más que las que contratábamos. Yo estaba en el día a día de la campaña y quizá supe captar mejor el alma de la persona y lo que se debía transmitir al público en general. Poco a poco fueron creyendo en mis fotografías y se empezaron a acumular las campañas.

La consultora para la que yo trabajaba hacía grandes campañas, sobre todo del Partido Demócrata de la costa oeste de EE. UU. En aquel momento estaba Kamala Harris, que era fiscal general; Gavin Newsom, vicegobernador de California; y el alcalde de San Francisco, Ed Lee. Luego había campañas más pequeñas, que era en ese momento las que a mí me daban, sobre todo, de candidatos más jóvenes o emergentes. Ahí tuve la suerte de trabajar con Libby Schaaf en su primera campaña para alcaldesa de Oakland y cuando la campaña se quedó sin dinero para contratar a fotógrafos profesionales, aparecí yo con mi cámara. Ese golpe de suerte hizo que se me reconociera más y el siguiente paso fue documentar fotográficamente el día a día de los candidatos, especialmente para ir generando contenido que luego podíamos utilizar para el periodo de campaña puro y duro. Actualmente estamos trabajando mucho en generar archivos de diferentes personajes por lo que pueda ocurrir, como pasó con Kamala Harris.

Háblanos un poco del proceso de trabajar con candidatos. ¿Es difícil o suele haber libertad?

Yo me siento muy afortunado, teniendo en cuenta que es un camino largo. Al principio, cuando no saben bien cómo trabajas, quizá te controlan más, pero luego hay que tener en cuenta que en una campaña trabaja mucha gente y si puedes quitarle responsabilidades a alguien, te lo va a agradecer. Por lo tanto, tener libertad para hacer tu trabajo es relativamente sencillo. Pero por supuesto, necesitas tener una gran comprensión de los sistemas políticos y de la comunicación política para poder hacer un buen trabajo. Informarse también es clave. Actualmente yo tengo absoluta libertad para hacer mi trabajo como considere.

El caso del que más te puedo hablar es de las campañas para el gobernador de California, Gavin Newsom, con el que he trabajado en diferentes momentos desde 2016, no solo para sus campañas como candidato sino en campañas para iniciativas legislativas como la legalización de la marihuana o para la seguridad de armas.

Necesitas tener una gran comprensión de los sistemas políticos y de la comunicación política para poder hacer un buen trabajo»

En 2018 fotografié en los autobuses de campaña, nos recorrimos California entera y finalmente se convirtió en gobernador. Ahí le acompañé en su primer viaje internacional oficial a El Salvador, también tomé las fotos de su inauguración y estaba en su día a día.

En todos estos procesos, he tenido mucha tranquilidad y he podido trabajar sin que la presión de fuera existiera hasta el punto de entorpecer el trabajo. Evidentemente, depende del candidato y yo he tenido suerte hasta ahora.

¿Cuáles son los errores más comunes?

Precisamente para evitar los errores, siempre intento no hacer ninguna foto posada. La experiencia me ha dicho que tienes que pasar completamente desapercibido y dejarles ser ellos mismos en los diferentes contextos. Luego como parte de la labor del fotógrafo, a la hora de la selección de fotos y la edición, tienes que tener el sentido común suficiente y saber cuándo alguien sale bien, cuando sale mal y ponerte en su lugar. Por otra parte, cuando pasas mucho tiempo con los candidatos, se dan muchísimas ocasiones de fotografiar momentos de todo tipo. Ahí no puede haber error posible.

Es importante concentrarse en las apariciones públicas lo menos posible. Para eso ya están los fotógrafos de prensa, que van a tomar las fotos del atril. Yo me dedico a plasmar, por ejemplo, el contacto del candidato o candidata con las personas anónimas que van a los eventos. Todo eso los humaniza.

Ahora que trabajas en EE. UU., ¿qué diferencias reseñables percibes entre la forma de trabajar en comunicación política allí y en España?

La verdad es que hay bastantes. Por ejemplo, se utilizan mucho más los mecanismos democráticos más allá de las elecciones en EE. UU. En San Francisco todos los años se vota algo, se hace partícipe a la ciudadanía de la toma de decisiones. Eso hace que la comunicación política esté muy profesionalizada, hay mucho nicho de mercado para las personas que nos dedicamos a ello. En España aún creo que no hemos llegado a este punto de profesionalización o, al menos, de naturalización de la demanda de consultoría política profesionalizada.

Es importante concentrarse en las apariciones públicas lo menos posible»

En términos de fotografía política, en España muchas veces se tiende a contratar fotógrafos para cubrir eventos específicos pero no veo que haya un fin de crear una figura de ‘fotógrafo atemporal’, actualmente es una corriente más institucional. En Estados Unidos se tiende a querer reflejar más la cara que no se ve del político, el backstage y la personalización, humanizar a la figura pública. Y eso se hace si el fotógrafo conoce bien al político y hay un trabajo común.

Has trabajado para la vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

Yo empecé a trabajar para ella en su segunda campaña para fiscal general de California, luego vino la campaña por el Senado, después su carrera presidencial en las primarias demócratas y más tarde la campaña como candidata a vicepresidenta de EE. UU.

Tienes que saber leer que estás viviendo algo que no se va a repetir jamás»

Desde el momento en que se convirtió en senadora, dijo, «es momento de ponernos manos a la obra» y empiezó a trabajar hasta el día de hoy para situar al Partido Demócrata en la Casa Blanca. A nivel personal, tiene un trato muy cercano con las personas con las que trabaja: te agarra la mano, te sonríe… Y eso sale solo en la cámara, no hay que forzarlo.

¿Qué elementos tiene que tener una fotografía para pasar a la historia?

Inevitablemente tienes que tener acceso a un momento único en el que, si puede ser, no haya otro fotógrafo. Además, tienes que saber leer que estás viviendo algo que no se va a repetir jamás. Tienes que centrarte mucho y buscar la foto más bonita que puedas en ese momento. No puedes perderte en ‘las cosas’ que tienes que sacar en la foto, sino centrarte en la importancia del momento, confiar en ti mismo y no fallar técnicamente.

¿Qué cualidades tiene que tener una persona que se dedique profesionalmente a la fotografía política? ¿Qué recomendarías a alguien que quiera dedicarse a ello?

Interés genuino en la política, que te interesen de verdad los procesos electorales y mucho respeto hacia la persona para la que trabajas. Creo que tienes que estar de acuerdo con lo que defiende esa persona. Por ejemplo, con el gobernador Newsom dejo la cámara a un lado y simplemente admiro cómo habla. Además, si puedes conseguir una relación personal con esa persona, tienes mucho terreno ganado porque la persona a la que fotografías no va a estar tensa, va a confiar en ti plenamente y ahí es, en ese ambiente, cuando se sacan las mejores fotos.

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