@MariluBrajer

“A pesar de los avances, la voz de las mujeres vale menos que la de los hombres”

Por Gabriela Ortega, @gabrielaortegaj y María Morales, MMoralesc97

Asesora y analista política especializada en estrategia de comunicación de crisis de campaña y gobierno, marketing político y campañas con perspectiva de género, con experiencia en más de cien procesos electorales.
Cofundadora de B2R Consultoría con Perspectiva de Género y directora de Estrategia de Comunicación Política e Imagen de la consultora Haime&Asoc.

En el sector asociativo, es la presidenta de la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos (ALACOP), y anterior vicepresidenta; ha sido elegida Board’s Director de la International Association of Political Consultants (IAPC) por tercer periodo electivo. Además, es miembro del Consejo Consultivo y Secretaria de Relaciones Internacionales de la Asociación Argentina de Consultores Políticos (ASACOP) y del Comité Mujeres Líderes de América (Fundación CD y OEA).

Galardonada con el Napolitan Victory Award en la categoría de Mujer Influyente en la Comunicación Política (2016) y con la distinción de “Embajadora de la Paz” otorgado por la Asociación Universal de la Humanidad Solidaria.

No cabe duda de que es una mujer líder y que con su trabajo ha labrado el camino para que muchas mujeres se empoderen y alcancen puestos directivos en el mundo de la consultoría política. En este sentido, ¿cómo fueron sus inicios en este sector? ¿Qué le inspiró para dedicarse a la consultoría política?

Mi padre era periodista, y desde muy pequeña mi casa fue una constante inspiración por la presencia de escritores, políticos y artistas. Se respiraba libertad, creatividad y respeto, pienso que esos valores y la admiración por mi padre fueron muy determinantes en mi formación profesional.
Mi primer trabajo fue en su editorial, en la cual aprendí los secretos de la gráfica. Hasta que llegó el tiempo de independizarme e incursionar en los noticieros de dos importantes canales argentinos: Canal 13 y los últimos diez años en Canal 11, como periodista y presentadora de noticieros. Gráfica, radio y televisión marcaron mis comienzos acercándome profundamente a los problemas y demandas sociales y a las necesidades de la gente.

Creo que a partir de esa época mi destino ya estaba marcado, luego vendría mi propia empresa de consultoría y una importante agenda política que construí durante más de catorce años trabajando en los medios. A partir de ese momento decidí que, a pesar de los grandes esfuerzos y de lo difícil que sería avanzar en la consultoría política, sobre todo en aquellos años para una mujer, yo estaba decidida a convertir cada desafío en una gran oportunidad. Por eso siempre recuerdo el consejo que me dio una gran amiga: “Si no es ahora, ¿cuándo? Si no soy yo, quién”.

¿Quiénes son sus referentes en el sector de la consultoría política?

Mis referentes, con quienes tuve el honor de compartir momentos inolvidables en charlas, seminarios, congresos y eventos de nuestra industria, son Joe Napolitan y Michel Bogrand, los padres de la consultoría política. Y Ralph Murphine, Rick Ridder, Nancy Tood, de quienes aprendí y disfruté sus anécdotas de políticos como J.F Kennedy, Charles De Gaulle y muchos más.

En su experiencia como asesora, ¿cuál es la campaña que más satisfacción le ha producido?

Es muy difícil elegir una campaña, todas tienen sus grandes desafíos y marcan una historia única e irrepetible.

Las últimas en las que he participado en la provincia de La Pampa, en donde en 45 días tuvimos el desafío de dar vuelta a una elección que en las elecciones primarias abiertas nuestro cliente había perdido por 11 puntos. Finalmente nos impusimos por 67 votos.

Desde su experiencia como periodista, funcionaria de gobierno, directiva de asociaciones y asesora, ¿cómo se vive la consultoría política en cada área de trabajo que ha desempeñado?

Depende del rol y de las circunstancias, pero son situaciones complementarias. El haber sido funcionaria de gobierno me permite tener claro los problemas de gestión, las áreas involucradas en cada decisión y los problemas presupuestarios. Como periodista me permite tener una visión externa e incisiva de la conducta y la acción de los dirigentes, así como sus puntos fuertes y débiles ante la requisitoria periodística. Desde la consultoría integro estos aspectos y le sumo mis conocimientos y experiencia sobre estrategia. Participar en asociaciones internacionales, interactuar con colegas de todo el mundo y compartir experiencias, me enriquece profesional y humanamente.

Se trata de una profesión que demanda mucho tiempo viajando y mucha disponibilidad de horarios, ¿cómo se concilia la vida personal y la profesional? ¿Se podría hablar de que la demanda de tiempo y entrega es igual para hombres y mujeres o hay diferenciación?

Es igual, no veo diferencias en cuanto a las exigencias de tiempo en una campaña, pero sin duda, en esta sociedad patriarcal, a las mujeres se nos demandan muchas más cosas en lo personal que a los hombres. Y todavía hay muchas desigualdades en cuanto a condiciones laborales, acceso a lugares de decisión y violencia de género.

¿De qué se trata la relación entre la comunicación política y género? ¿Se puede decir que #MeToo y Time’s Up son ejemplos de esa vinculación?

La comunicación hacia las mujeres requiere especificidades propias del público al que va dirigido. Además de ello, el proceso de demanda de igualdad y protagonismo de las mujeres hace que emerjan nuevos fenómenos sociales a los que la comunicación política debe dar respuestas.

Argentina fue el primer país de América Latina donde se aprobó el voto femenino, uno de los primeros en tener una presidenta, donde se vivió una lucha por el proyecto de aborto legal con difusión mundial y un profundo debate sobre la ley de paridad, entre otras demandas. Como ciudadana argentina, ¿cómo se viven estas reivindicaciones para las mujeres y en qué influye para realizar comunicación política en este país?

Hay fuerte movilización en torno a los de género y políticos en general. Las mujeres en mi país somos protagonistas permanentes de la actividad política, hemos tenido mujeres que marcaron el rumbo como Eva Perón, Alicia Moreau de Justo e incluso Cristina Kirchner, más allá de lo controvertido de su figura. La movilización femenina es fuerte, pero ello no significa que se dé en un mismo sentido. Por ejemplo, con relación al tema del aborto hubo fuertes disputas entre mujeres, tanto en torno a la fuerza de las movilizaciones de ambas posiciones, como entre dirigentes políticas.

Mientras en el resto del continente se denota una cierta apatía por los temas políticos, Argentina se “incendia” con los temas políticos (los últimos acontecimientos relacionados con la inflación, edad de imputabilidad, paridad, aborto legal…) y polemiza sobre las distintas posiciones, ¿cómo se consigue llamar la atención de la ciudadanía? ¿O se trata de un espejismo de participación política que se ve desde el exterior, pero no existe en la realidad?

La participación política en Argentina tiene que ver con su historia. Con partidos y movimientos que defendieron, primero la emergencia de la clase media como fue en el caso del radicalismo, y luego de los trabajadores como fue el peronismo. Actualmente se da un doble fenómeno, una sociedad altamente politizada y al mismo tiempo despartidizada. Ello permitió que partidos como el PRO pudieran llegar al gobierno. No hay espejismo.

Como directiva de varias asociaciones durante tantos años, ¿cuáles son los principales desafíos a los que se ha enfrentado? ¿Diría que esos retos han cambiado a lo largo del tiempo?

Sintetizando, el desafío más fuerte que se sufre en toda Latinoamérica y en lugares de poder es sin duda la condición femenina. A pesar de los avances, la voz de las mujeres vale menos que la de los hombres.

¿Qué objetivos tiene como presidenta de ALACOP?

Dos fundamentales, el fortalecimiento de las democracias en America Latina y la profesionalización de nuestros consultores.

Y a nivel personal, ¿cuáles son sus perspectivas de futuro?

Seguir participando activamente en campañas electorales y de gobierno, sintiendo que estoy colaborando en la construcción de un mundo mejor para mis hijos y las generaciones futuras y luchando por la reivindicación plena de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.

Se habla frecuentemente de regularizar a los consultores políticos, ¿qué opina del tema? ¿Cómo está trabajando ALACOP en este sentido?
ALACOP tiene 23 años de trayectoria como una de las asociaciones más prestigiosas del mundo, cuenta con reconocidos consultores y con nuevos profesionales que destacan dentro de la Industria. Uno de nuestros objetivos básicos es la profesionalización y regularización de los consultores. Para ello estamos realizando convenios con importantes instituciones y universidades, seminarios, congresos, diplomados virtuales, certificaciones y otras actividades.

La rapidez de la información y la importancia de comunicar también impacta en quienes ostentan puestos directivos en el tejido asociativo, como es su caso. Como “cargo con exposición pública”, ¿se ha dejado asesorar en comunicación?

Siempre estoy abierta a escuchar todas las opiniones y los aportes estratégicos de comunicación, pero, así como asumo la responsabilidad de los cargos que desempeño, participo en la toma decisiones.

Nos gustaría conocer en lo personal, ¿cuál es la mayor fortaleza de Marilú Brajer? ¿Y su mayor debilidad?

Mi fortaleza es jamás darme por vencida. Mi debilidad es ser muy autoexigente.

Para terminar, ¿nos podría dar una recomendación para los lectores más jóvenes que están empezando en el mundo de la consultoría política?

No pienses en un elefante de George Lakoff y La espiral del silencio de Elisabeth Noelle Neumann.

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