Por Inés Royo Oyaga, @inroyo, consultora de MAS Consulting Group.

Las elecciones presidenciales argentinas que se celebraron el pasado 25 de octubre fueron el punto y final a un proceso en el que había una protagonista indiscutible: la incertidumbre. A pesar de que la campaña comenzó de forma oficial el día 30 de septiembre, los tres principales candidatos, Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa llevaban más de un año intentando convencer a los ciudadanos de que ellos son lo que la Argentina necesita para el futuro. Pero a la Argentina le esperaban muchos futuros posibles y ninguno de los candidatos destacaban con claridad en las encuestas como para proclamarse vencedor antes de tiempo. Sin embargo, hubo muchas sorpresas.

Kirchnerismo o antikirchnerismo. Continuidad o cambio. La Argentina de siempre o la del futuro. Apertura o bloqueo. Devaluación o inflación. Permisividad o lucha contra el narcotráfico. Estos han sido los principales binomios resaltados en las campañas de los candidatos a la presidencia que quieren liderar el futuro. Un futuro en el que gane quien gane en la segunda vuelta del día 22 de noviembre habrá cabida para grandes cambios a nivel interno, externo y social.

Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, donde vive el 38% del padrón electoral, por parte del Frente para la Victoria (partido que lidera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner); Macri, actual jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, candidato de Cambiemos-PRO; y Sergio Massa, diputado nacional, ex jefe de gabinete de la Presidenta y aspirante del Frente Renovador, han sido los tres candidatos más seguidos en una campaña que pasará a la historia.

Campaña para la historia

Primero, por ser la primera vez en la historia de Argentina en la que se celebró un debate entre los seis candidatos principales. Faltó uno, Daniel Scioli, pero la noche del 4 de octubre que­dará en los libros de comunicación política nacional por ser una muestra de salud democrática y de participación.

Segundo, por ser la primera campaña en 12 años donde no había ningún candidato de la familia Kirchner a la presidencia, aunque no haya sido así en otros cargos. La hermana del ex presidente Néstor Kirchner, Alicia Kirchner, aspiraba a ser gobernadora de la provincia de Santa Cruz, al sur del país; y su hijo, Máximo Kirchner, son ya gobernadora y diputado nacional por la provincia de Santa Cruz.

Y, tercero, por celebrarse una jornada electoral con una gran duda sobre la legitimidad del sistema. En el mes de agosto, las eleccio­nes a gobernador de la provincia de Tucumán dejaron urnas quemadas, urnas “embarazadas”, es decir, llenas de votos antes de comenzar la elección, y cientos de denuncias de alteración de los resultados mesa por mesa. Con este precedente, el día 25 los argentinos votaron y muchos se animaron a ser fiscales para “vigilar” el proceso.

Preocupaciones

Sin embargo, los resultados llevarán a la historia estas elecciones por algo más. Por primera vez en la historia habrá segunda vuelta para elegir presidente, será entre los dos más votados con poco más de dos puntos de diferencia, Scioli y Macri; por primera vez en la historia la provincia de Buenos Aires será gobernada por una mujer, no peronista y del partido de la oposición, y por primera vez en años, las palabras “fraude”, “robo” o “corrupción” no fueron las protagonistas de la jornada.

Pero en la cabeza de los ciudadanos de Argentina, las preocupaciones van más allá de los hitos históricos. Preocupa la situación económica del país, con una inflación que sobrepasa el 30% y un cepo cambiario que sitúa el dólar a alrededor de 15 pesos en el mercado paralelo; la situación social, con un gran aumento del narcotráfico y de la pobreza, y la situación de cara al exterior, con las importaciones prácticamente anuladas y dependencia de países vecinos como Brasil, que no vive su mejor momento.

Cuestiones que quedan pendientes para el próximo presidente, aún por decidirse, y que determinarán el futuro que marca un punto y final a una década kirchnerista. Ahora, queda ver si el cambio iniciado el día 25 de octubre llega hasta la Casa Rosada y qué rumbo elige el nuevo presidente.

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