Los equipos de campaña calientan motores para las próximas elecciones municipales y autonómicas. Mientras se definen los candidatos y comienzan a redactarse las listas y programas, los equipos de comunicación se disponen a reclutar consejeros, expertos y voluntarios. También perfiles en redes sociales.
Si, las redes sociales de Internet hace ya algunas campañas que se convirtieron en una obsesión. Aunque en la práctica todavía queda mucho por hacer en ese campo y no hemos ido mucho más lejos en España que de la agitación electoralista.
Con la irrupción de Podemos y su rápido despuntar en las elecciones europeas, los partidos tradicionales se han puesto a analizar en profundidad el fenómeno de la Sociedad Red Más allá del uso de Internet y las Redes Sociales. Las asambleas de barrio, asociadas al 15M, son ahora un modelo empleado habitualmente por los partidos más tradicionales en un intento por recuperar el contacto directo con la ciudadanía y palpar en primera persona la opinión de los militantes, simpatizantes y posibles votantes.
Activar “nodos” entorno a temas y asuntos prioritarios en la agenda política es ahora una constante en la estrategia del Partido Popular y, sobre, todo, del nuevo líder de los socialistas, Pedro Sánchez con sus “Asambleas Abiertas”. Y para ampliar la difusión y el alcance de las propuestas, están los medios de comunicación y las Redes Sociales.
La identidad digital -el desarrollo de una estrategia personal adecuada al entorno digital, el lenguaje y los formatos que se emplean en Internet- sigue siendo una asignatura pendiente para la mayoría de los candidatos. Pero lo cierto es que la adecuación de los partidos mayoritarios al contexto digital, a una realidad caracterizada por los que Jeff Jarvis define como “partes públicas”, con ciudadanos habituados al contacto directo y permanente -a través de Facebook, Twitter o Whasapp-, transparentes -con multitud de fotos en vídeos en Instagram, Youtube o Pinterest- y participativos -con blogs, en foros o comentarios de los medios más leídos- progresa lenta, pero inexorablemente.
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