Pedro J. Rodríguez-Rabadán, director y presentador del Telenoticias 1 de Telemadrid @PJRguez.

Rafael Sánchez, documentalista de los Servicios Informativos de Telemadrid y autor del libro “El control audiovisual de las campañas electo­rales@rsanchezsa.

Este 2015 se presenta como un año electoral por excelencia en España: en marzo adelanto electoral en Andalucía, en mayo con las elecciones municipales y autonómicas, las catalanas previstas para septiembre, y se espera que a finales de año haya elecciones generales.

Los equipos de campaña perfilan sus estrategias y definen sus equipos. La te­levisión, pese al auge de Internet y las redes sociales, volverá a ser el medio estrella por su capacidad de llegar a un número masivo de ciudadanos. Los partidos son conscientes de que la televisión es la principal fuente de información política de los españoles (con un 88,5% de penetración según el CIS) y que, a través de ella, se establecen agendas, temas de campaña y de debate. Tanto se vuelcan en la televisión, que durante la campaña electoral se convierten en el principal agente externo que introduce sesgo intencionado en las noticias políticas. Y así lo demuestran los datos analizados en las últimas elecciones generales, de noviembre de 2011.

Los partidos políticos y gobiernos en España, en mayor o menor medida, conciben a las televisiones como instrumentos de propaganda, especialmente en estos periodos, y adolecen de una visión de los medios de comunicación como un instrumento independiente al servicio de los ciudadanos. Utilizan todos los medios a su alcance para controlar la información política. Y lo hacen mediante tres formas de control: la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) con la que imponen su presencia en la televisión; la intromisión en los contenidos informativos mediante la relación con los periodistas y con las propias cadenas; y mediante un sistema audiovisual propio que impone unos materiales gráficos y sonoros a las televisiones.

La televisión, agente político

Así, no es de extrañar que sean los propios partidos los que hayan conseguido encorsetar en gran medida los criterios periodísticos de las noticias políticas y quienes introducen su interesada orientación política en las noticias. Imprimen sesgo en las noticias de campaña al condicionar la forma de presentarlas, al cohibir al profesional y al utilizar una serie de técnicas audiovisuales, la mayor parte de las veces imperceptibles para el espectador, que los canales de televisión se ven obligados a introducir.

Basándonos en la campaña electoral de 2011, en los informativos de TVE1 (como cadena pública estatal), Antena 3 (cadena privada nacional) y Telemadrid (cadena pública regional), y repasando sus informativos de mediodía y noche, los más representativos -atendiendo a las noticias que tenían como protagonistas a los dos principales candidatos: Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba- encontramos que de las 239 noticias analizadas, un 74,5% son de actos de campaña, sobre los que más control ejercen los partidos. Otro 10,5% de las noticias giraron en torno al debate electoral, un formato completamente controlado por los partidos. Sólo quedó un 15% de noticias en las que cada televisión tenía la absoluta libertad para contar, sin la presión externa del partido político, la información de acuerdo con sus criterios profesionales o intereses particulares.

Control de los bloques electorales

El control de la información política es especialmente notorio en las informaciones que las cadenas públicas incluyen, obligadas por la ley, en sus bloques electo­rales dentro de los informativos. La LOREG confunde la imparcialidad con un reparto equitativo de tiempos y unas “reglas de objetividad” que imponen a través de la Junta Electoral. Al final, garantizan en las cadenas públicas un reparto de tiempos en los telediarios para los grupos políticos como garantía de neutralidad y condicionan a las televisiones a tener que cubrir los actos de partido que quieren los grupos políticos, pese a que profesionalmente los periodistas puedan entender que no son noticia. El tiempo y orden de aparición viene determinado por la representación parlamentaria obtenida en las anteriores elecciones.

En las campaña de 2011 Telemadrid cumplió a rajatabla con esos bloques electorales, aunque los diferenciaba de forma clara en sus telenoticias con una careta de entrada y de salida que marcaban que era un contenido electoral, en el que no había ni tan siquiera entradilla de un presentador. En TVE también se siguieron escrupulosamente los requisitos impuestos, esta vez sin cabeceras ni indicadores, pero con una reiterada queja pública. Así lo recalcaba Pepa Bueno, editora y presentadora del Te­lediario de las 21 horas, en la entradilla de la noticia con la que iniciaba el bloque electoral el primer día de campaña: “Vamos ya con la información electoral, y se la contamos en el orden y la proporción de tiempo que marca la Junta Electoral Central en función de los votos que consiguieron los partidos en las últimas elecciones. Algo que no comparte el Consejo de Informativos de TVE que defiende el criterio estrictamente profesional”.

En la modificación de esa ley, en 2011, se impuso a las cadenas privadas los re­quisitos que existían para las públicas. La prensa la bautizó como “ley mordaza”. Ante las críticas, el PP se comprometió a no interponer ninguna reclamación por vulneración del principio de proporcio­nalidad en las televisiones privadas y más tarde, mediante una instrucción, se ma­tizó en la ley que las televisiones privadas “deberán atender preferentemente a los resultados obtenidos por cada formación” sin que ello conlleve problemas jurídicos.

Antena 3, durante la campaña de 2011, comenzó haciendo un bloque electoral, pero a los pocos días decidió seguir únicamente criterios periodísticos, olvidándose del reparto de tiempos.

En las dos cadenas públicas, durante los quince días de campaña electoral, hubo más noticias políticas dentro de los bloques electorales que fuera de ellos. En Telemadrid, un 65,85% de las noticias políticas sobre Rajoy o Rubalcaba se insertaron dentro del bloque electoral; y el 34,15% restante se hizo en otros puntos de la escaleta. En TVE esa diferencia, aún fue más pronunciada, con un 72,37% en los bloques de campaña, por un 27,63% de noticias al margen.

Control audiovisual de la información electoral

Una vez establecido un marco legal que condiciona y obliga a las televisiones a incluir información de los actos de campaña de los partidos, los equipos de campaña se centran en el control del contenido de esas noticias.

El mitin es, sin duda, el elemento clave en la información electoral en televisión y es para los partidos una herramienta fundamental con la que llegar al electorado e influir en su decisión de voto a través de la televisión. De hecho, el mitin está planificado por los estrategas de campaña de cada partido para la cobertura de las televisiones, antes que para los miles de simpatizantes que acuden a arropar a sus líderes. Se ha convertido, en definitiva, en un evento político protagonizado por los candidatos y los periodistas de las televisiones.

En cuanto al mensaje del líder político, cada partido lo adapta al formato televisivo en lenguaje y duración, pensando en los telediarios. Para conseguir tener éxito, se repite en cada mitin las mismas ideas del mitin anterior, cambiando únicamente el mensaje nuevo que se quiere transmitir. Es la “novedad”, y por tanto conseguirán introducirla fácilmente. Tienen además un sistema de alerta que avisa cuando conecta en (1) directo una cadena de te­levisión. En el PSOE se utiliza un juego de luces que se mantiene intermitente mientras está hablando el periodista que informa en directo y se queda fijo cuando una te­levisión da paso a la señal del mitin, y por tanto, a la intervención del candidato. En el PP, también se utiliza un sistema de lu­ces, pero suelen funcionar más con un plan prefijado en función de la franja horaria en la que se puede conectar con su señal desde un telediario, por eso, durante ese tiempo, repiten la misma idea.

Lo que levanta más polémica y críticas del sector periodístico es el uso de la señal ins­titucional. Tanto PP como PSOE utilizan medios audiovisuales propios para grabar y difundir sus mítines en televisión. Aunque ese dispositivo varía en función de la importancia del acto. Para los de menos importancia, PP y PSOE movilizan tres o cuatro cámaras y una unidad móvil. Para los más importantes, las cámaras se duplican, y suelen contratar medios en la ciudad en la que se realiza el mitin, especialmente con la unidad que manda la señal al satélite, para que cada canal de tele­visión pueda conectarse y obtener esas imágenes de forma gratuita.

Por otra parte restringen el acceso al recinto del mitin a las cámaras de las tele­visiones con el fin de evitar que puedan grabar imágenes del líder o del propio público que perjudiquen sus intereses electorales. Aunque se permiten entrar a algunos equipos, los propios periodistas que siguen las campañas denuncian que no se deja grabar la intervención del líder, y que en ocasiones les limitan a grabar la llegada y salida del candidato y algunos planos de ambiente en los momentos previos a la intervención del orador. De este modo, controlan las imágenes que llegan a los ciudadanos.

En las noticias de la campaña electoral de 2011, las cadenas de televisión utilizaron casi siempre imágenes facilitadas por los propios partidos, que a veces complementan con sus propios medios, especialmente para personalizar la noticia con la presencia del periodista que cubre el acto. En términos generales, el PSOE logra introducir más sus imágenes en las noticias de campaña que el PP. En el total de todas las noticias de campaña, incluyendo las que no están dentro de los bloques electorales, un 27% de las imágenes proceden del PP, un 33% del PSOE, casi un 7% de señal institucional de algún gobierno, y un 30% de agencia o grabación propia. Si sumamos a los dos partidos, un 60% de las imágenes provienen de los propios partidos. Así controlan la mayoría de las imágenes, también la mayoría de planos, y con ellos varias técnicas de sesgo.

El uso de espacios públicos llenos es signo de poder de convocatoria y seguimiento al líder. Por eso, los afiliados y los simpatizantes de los mítines se convierten en auténticos decorados humanos cuya composición está muy cuidada por los responsables de realización. Se coloca además al público en zonas estratégicas de las gradas que aparezcan en el campo visual, y hasta en ocasiones se utilizan paneles y pancartas que simulaban público, cuando se trataba de llenar plazas o estadios grandes. Una cámara ajena podría destapar la realidad. En el total de noticias analizadas, con Rajoy aparecen los aforos llenos un 74% de las ocasiones, por un 3% de espacios vacíos; con Rubalcaba un 67% llenos, un 3% vacíos.

O como los ángulos de cámara. Se intentarán escoger aquellos que son siempre favorecedores a un candidato, entendiendo que el ángulo picado empequeñece al líder, da muestra de fragilidad o inferioridad, mientras que el contrapicado transmite potencia, superioridad o triunfo. En las noticias con Rajoy como protagonista se utiliza el contrapicado un 16% de las informaciones, y sólo un 6% el picado; con Rubalcaba un 26% el contrapicado y un 3% el picado.

También, con los dos candidatos, hay más imágenes positivas (abrazos, gestos de victoria, sonrisas…) que negativas en las noticias de acto de campaña electoral. Y en algunas, encontramos los aplausos del público asistente al mitin como elemento sonoro que transmite un refuerzo y aprobación de la idea del candidato.

Control a los periodistas

Más allá del posible control de las redaccio­nes de los medios públicos afines y también de las televisiones privadas cercanas, existe una relación más estrecha con los periodistas que viajan en las caravanas electorales. En ocasiones, como en el caso de Telemadrid, además de los periodistas que siguen los diferentes actos electorales, se establece un equipo específico encargado de procesar toda la información electoral, para cuidar escrupulosamente las imposiciones de la Junta Electoral Central. Son frecuentes, tanto a unos como a otros, representados en editores o directores de informativos, las quejas de los partidos políticos por cómo se ha presentado una noticia.

A los periodistas de campaña se les ade­lanta mediante sms o a través de las redes sociales información detallada de lo que va a decir el líder político en el mitin. Pretenden así que sus crónicas recojan su mensaje interesado. También con llamadas telefónicas a los responsables de la información para remarcar cuáles han sido las declaraciones más importantes. En cambio, se evita dar ruedas de prensa, para que los periodistas no puedan preguntar y pongan en riesgo los objetivos de la campaña. En este sentido debe destacarse otra queja manifestada por los periodistas sobre el escaso contacto que tienen con los candidatos durante la campaña electoral.

Además, cada partido tiene un comité de seguimiento de las informaciones de la campaña electoral que se emiten en las te­levisiones. Si no les gusta algo, se establece un diálogo, con el que a veces se amedrenta a los profesionales que siguen la campaña. Nos lo reconocen algunos periodistas que siguen la información de campaña, pero es difícil cuantificar cómo influye eso en el contenido de una noticia.


 

(1) Debe destacarse que la mayoría de los canales seleccionan el corte de la intervención del candidato que incluyen en la crónica electoral. Es excepcional que los líderes entren en directo.

Deja un comentario