Por Marina de Miguel García-Argüelles y Rubén Sánchez Santos, @RedComPolitica, Socios-Fundadores de RedComPol.
En la actualidad, es un tema recurrente la crítica hacia la escasa calidad de los políticos, una crítica que pone en cuestión a su vez la calidad de la democracia. Podríamos atribuir esta preocupación social a la crisis económica, a los numerosos casos de corrupción y a un sinfín de motivos que sin duda la acrecientan, pero lo cierto es que el español no es el único contexto en el que este fenómeno cobra cada vez más relevancia. Véanse el caso griego, el portugués o el italiano, entre otros.
El desarrollo tecnológico de las últimas décadas ha traído consigo la transformación de multitud de profesiones, que se han adaptado a los nuevos tiempos y a las nuevas formas de hacer casi a la velocidad de la luz para no quedarse desfasados, abriendo sus puertas con gran ilusión a nuevas generaciones que entienden y manejan con mayor eficacia el nuevo contexto. Pero la política parece haberse quedado a rebufo del mundo y de sus sinergias, convirtiendo ese desfase en un foso que separa a ciudadanos y políticos pero sobre todo, a la política y las profesiones que la rodean, de la actualidad.
Mientras que en el resto de sectores se fomenta la entrada del talento joven, en la política y en la comunicación política se veía este acceso como un riesgo. En lugar de innovar y de crear a su alrededor, la mayoría de los avances se han importado de otras ciencias, aportando un valor añadido multidisciplinar, pero a su vez cayendo en una dispersión metodológica, particularmente en el caso de la comunicación política.
Avanzar en la profesionalización y en el desarrollo de la comunicación política y de la política es dar un paso en la mejora de su calidad y consustancialmente en el de la democracia.
Los desafíos ante los que nos encontramos pasan por varios puntos fundamentales. Por un lado, el desarrollo de investigaciones que se convierte en parte fundamental para avanzar en la calidad y constitución de la comunicación política como disciplina, dotándola de herramientas, técnicas y, en definitiva, de conocimiento propio. En segundo lugar, la formación orientada al sector de la comunicación política que permita una capacitación adecuada para ejercer la profesión. Y, por último, la apertura del mercado laboral a los profesionales formados, para que el talento pueda ocupar su lugar en distintas instituciones y organismos. Este último aspecto se debe considerar como un medio y un fin en sí mismo, dada la necesidad del ejercicio de forma profesional como algo inherente.
Por eso un proyecto como RedComPol cobra sentido. Una plataforma que haciendo uso de las nuevas tecnologías, busca el desarrollo y recopilación de investigaciones conectando a distintos profesionales a escala global y eliminando las trabas espacio-temporales para facilitar su labor. Además, posibilita el acceso al mercado laboral a través de formas innovadoras de contratación que se alejan del tradicional CV.
Un proyecto de marcado carácter colaborativo que permite el análisis de temas de actualidad relacionados con la comunicación, la política y la comunicación política desde distintas perspectivas y canales.
Con el acceso a multitud de secciones dinámicas (banco de conocimiento, WiKiComPol, “Se Busca”, “Shuttle Talent” y otras) se busca el desarrollo de nuevas tendencias en el sector que nos permitan evolucionar en la profesionalización de la comunicación política.
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