Por Julián Yunez, @JYunez83, Consultor en Comunicación Política y Análisis de Discurso
El daño que ha causado la COVID-19 en materia sanitaria en América Latina no es, en ninguna circunstancia, menor. Con apenas el 8% de la población mundial, la región ha registrado una de cada tres muertes a nivel global. El daño económico tampoco es menor: la caída del PIB regional superará el 8% según todas las proyecciones de organismos internacionales. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) advierte que el impacto de la pandemia empujará a 26 millones de latinoamericanos a la pobreza extrema, es decir, a los mismos niveles de pobreza extrema que teníamos en 1990.
Ante este escenario de incertidumbre, la discusión en la opinión pública sobre la pandemia y los temas relacionados con la salud y la economía se han politizado. Las narrativas que promueven ‘soluciones’ en ambas posiciones del arco parlamentario se circunscriben en relatos ideológicos antagónicos que poco abonan a la respuesta fundamental que se le debe dar a la epidemia: salvar vidas y no dejar a nadie atrás.
Con el objetivo de investigar el comportamiento e influencia de las narrativas entre ‘economía’ y ‘salud’ en el marco de la pandemia, me propuse analizar un total de 10.627 tweets originales difundidos entre el 1 de marzo y el 1 de octubre por 19 presidentes latinoamericanos y el presidente del Gobierno de España. Para ello utilicé la herramienta de análisis de contenido Graphext, misma que me permitió identificar diversas keywords, categorizarlas y asociarlas a cada uno de los segmentos.
El resultado del estudio nos dice que desde las cuentas oficiales analizadas se priorizó la difusión de los temas económicos sobre los temas sanitarios durante el periodo en cuestión. Un 26,4% del total de mensajes se asociaron con el segmento económico, mientras que para el segmento sanitario, el porcentaje disminuyó al 25,3%. Consecuentemente con esto, los usuarios mostraron una mayor inclinación por difundir contenidos del ámbito económico emitidos por los ejecutivos.
Una vez identificado que la agenda económica predominó ligeramente sobre la sanitaria me dispuse a observar el comportamiento de estas dos temáticas en el tiempo. Los grandes confinamientos y el llamado de las autoridades para tratar de mantener las medidas de distanciamiento social muestran que en el periodo comprendido entre marzo y mayo los temas relacionados con la salud predominaron en las agendas presidenciales. Durante la primera etapa de la pandemia, el promedio mensual de mensajes (todos los temas) alcanzó 1.505 tweets, lo que indica que uno de cada cuatro mensajes durante estos meses se relacionó directamente con temas sanitarios.
A partir de junio, la narrativa cambió. En este periodo se difundió un promedio de 1.534 mensajes al mes, casi un 2% más que en el periodo anterior a pesar de ser significativamente más corto. El promedio de mensajes asociados al segmento de economía representó el 29% del total, mientras que los temas relacionados con la salud disminuyeron a un 20%. Es así como los mensajes difundidos con un contenido relacionado con el ámbito de la salud disminuyeron un 5% respecto al periodo anterior, pese a que la epidemia en América Latina se intensificaba, convirtiéndose en el foco de la pandemia a nivel mundial durante el verano.
Ranking de presidentes con más actividad en cada segmento
Desde finales de mayo las presidencias han privilegiado comunicar a la ciudadanía las medidas adoptadas para mitigar los efectos de la pandemia en la economía como una urgencia nacional en detrimento de la información sanitaria. Y no solo eso, sino que se puede observar que conforme evoluciona la pandemia y crece el número de contagios, la brecha entre los contenidos económicos y sanitarios se distancia cada vez más.
Privilegiar una narrativa sobre la otra no solo rebaja la percepción ciudadana frente a la amenaza de la COVID-19, sino que alimenta la polarización y la confusión en la población fortaleciendo relatos como los que enfrentan a la salud con la economía. Por esta razón desde los Gobiernos se debe clarificar de la mejor forma los matices y complejidades que se ocultan detrás de las decisiones tomadas. Solo así serán capaces de despolitizar la incertidumbre, reivindicar las decisiones científicas destinadas a salvar vidas y generar un horizonte confiable en donde no se deje a nadie atrás.
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