Por Álvaro Sánchez Peraita, Periodista especializado en comunicación política

Los partidos políticos tienen presencia en la mayoría de las redes sociales y plataformas de comunicación digital, más aún si son utilizadas por los usuarios de forma masiva, como en el caso de Facebook o Twitter. Sin embargo, existe una llamativa ausencia política en uno de los gigantes de la comunicación, YouTube, que permanece dormido para los partidos.

Los índices de audiencia de YouTube, aportados por la propia web, señalan con claridad que es un canal de comunicación de dimensiones extraordinarias. Es la web de vídeo más visitada de internet, cuenta con más de mil millones de usuarios en todo el mundo y mantiene una tendencia creciente en número de usuarios y horas de consumo. Se estima que en la actualidad el 70 % del tráfico de internet es en formato vídeo, alcanzando en 2019 el 90 %, por lo que los pronósticos para esta plataforma son muy positivos a corto y largo plazo.

Analizando la utilización de YouTube por parte de los principales partidos políticos de España a través de una investigación académica denominada: “Comunicación política en YouTube: Un análisis del uso de YouTube por parte de los principales partidos políticos en España” y comparando los resultados con la utilización de esta plataforma por parte de los partidos políticos en México, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina, se observa una tendencia común de comunicación. Los partidos no adaptan sus contenidos a YouTube, se limitan a publicar vídeos con formato televisivo sin crear contenidos específicos destinados a su público en este canal; obteniendo como resultado unos índices de audiencia muy bajos lo que retroalimenta el desinterés de los políticos por esta plataforma.

Esta tendencia generalizada de los partidos políticos a no conectar con el público de esta plataforma de vídeo, contrasta con el reciente fenómeno viral del ‘Movimiento Naranja’. Una canción publicada en YouTube por el partido político mexicano Movimiento Ciudadano, que ha alcanzado los 48 millones de reproducciones, viralizándose hasta convertirse en un fenómeno musical en muchos países y demostrando el potencial comunicacional de esta plataforma si se crea un contenido en base a las reglas de adaptación a este medio.

YouTube es un canal de comunicación en el que, a diferencia de la televisión, el usuario elige qué quiere ver y cuándo verlo, lo que implica una conexión más cercana con la audiencia que la aportada por la comunicación política tradicional a través del televisor. Existen varias claves para la adaptación de los contenidos políticos a YouTube y todos ellos pasan por la utilización del infoentretenimiento político basado en el uso de la información, el humor y la polémica.

El contexto actual de la comunicación política y el periodismo está ligado a la posverdad y a las fake news, palabras del año según el Diccionario Oxford en 2016 y 2017 respectivamente. En este embarrado contexto, los partidos políticos se encuentran frente a un gran canal de comunicación como es YouTube, y el reto está en saberlo aprovechar y controlar, adaptando sus contenidos para llegar a una audiencia masiva que, cada vez con mayor frecuencia, es nativa digital y no consume los medios de comunicación tradicionales, escapando, por lo tanto, de los canales de comunicación y mensajes tradicionales. Ha llegado el momento de despertar al gigante.

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