La sociedad líquida que describe Zygmunt Bauman en sus textos se ha hecho vaporosa, evanescente. Los viejos mapas no sirven para movernos en la sociedad Red que describió Manuel Castell. La inestabilidad genera inseguridad y esta acostumbra a convertirse en miedo y en parálisis por norma general. Hoy priman la inmediatez, el “nada a largo plazo” y la incertidumbre. Un contexto al que la política debe dar respuestas. Y, por supuesto, con la ayuda de la comunicación política. En este sentido, la Asociación de Comunicación Política (ACOP) plantea 10 conceptos que, en materia de comunicación pública, creemos que darán mucho que hablar en 2015. Porque serán herramientas para las respuestas a nuestros problemas en democracia.

Por David Redolí y Juan Manuel Zafra,

1 PERSONAS

Se atisba la necesidad de una nueva cultura política, nuevos lenguajes, nuevos formatos, nuevas capacidades y nuevos liderazgo. Personas, en definitiva, que con determinación acerquen sus propuestas a las demandas rea­les de los ciudadanos. Ni los candidatos ni los gobernantes de los países que quieran jugar un papel protagonista en la escena interna­cional a corto plazo pueden permitirse mantener el desapego que se percibe en Europa entre políticos y ciudadanos. Los liderazgos que han surgido en América Latina son una clara expresión del tiempo nuevo; como lo son también el ascenso de las mujeres a la primera línea de la política internacional (ver el artículo dedicado a Los diez líderes de 2014) y de personalidades jóvenes, pero con trayecto­ria profesional y personal suficiente como para sintonizar con amplios segmentos de la sociedad. Líderes con un lenguaje claro y directo, con experiencia y visión de futuro al mismo tiempo, capaces de integrar distintas líneas de pensamiento en sus propuestas y personalidades en sus equipos, conscientes de las necesidades básicas de la ciudadanía y de las exigencias de sociedades globalizadas. Los ciudadanos, por otro lado, van a demandar una mayor personalización de las propuestas, información y servicios dirigidos específicamente a sus necesidades cotidianas. Aunque ya muy conscientes de la globalización y sus consecuencias van a necesitar respuestas concretas a situaciones muy determinadas. Necesitan sentirse queridos, protegidos. Putin es un referente en ese sentido.

 

2 EMOCIÓN

Los ciudadanos necesitan recuperar la confian­za en sus políticos y, sobre todo, el sentir colectivo de la política. La caída de valoración de líderes como Barack Obama y, sobre todo, de los mandatarios europeos –Hollande, Renzi, Rajoy…- evidencia hasta qué punto la frialdad con la que se aplican las decisiones pueden llegar a parar el motor de la popularidad y la simpatía ciudadanas. Sin embargo, la emoción aplicada en exceso a la política puede derivar en populismo e incluso en situaciones aún peores. Encontrar la combinación perfecta entre racionalidad y sentimiento será clave para conseguir el refrendo de los ciudadanos en campaña y en el Gobierno. Los acontecimientos vividos en torno a los movimientos independentistas en Catalunya y Escocia, o el ascenso de nuevas formaciones que apelan a propuestas desnudas de una mínima racionalidad frente a la crisis, son prueba del valor creciente del sentimiento frente a la razón. Todo apunta a que la segunda irá perdiendo terreno en 2015 y se van a necesitar buenas dosis de serenidad para no caer en absurdas carreras populistas que no hagan sino acrecentar la decepción de los ciudadanos.

 

3 DISCURSOS Y METÁFORAS

La irrupción de Podemos en el escenario político español ha demostrado la importancia de la comunicación política. Los líderes de Podemos han manejado a la perfección su participación en programas de televisión (el gran canal de comunicación para la configuración de la opinión pública) y una sobresaliente presencia en las redes sociales. Pero sobre todo, la televisión, su gran canal, que han demostrado dominarlo a la perfección.  Pero gran parte de su éxito reside no sólo en el liderazgo tan eficaz de su joven secretario general, Pablo Iglesias, que combina una excelente formación sociológica y politológica, con un buen discurso político, una estética diferente (aspecto informal), una oratoria bien entrenada y un relato muy nítido: los de abajo frente a los de arriba. Los que decían que los discursos políticos no sirven de nada se han vuelto a equivocar una vez más: los buenos discursos políticos, siguen teniendo la capacidad de movilizar a los ciudadanos. Y muy especialmente cuando se recurre a metáforas de gran potencia comunicativa (casta, régimen, democradura, dictablanda, candado…). Los discursos políticos y las metáforas siguen siendo protagonistas de la política, en cualquier lugar del mundo.

 

4 VOLUNTARIADO

No se trata ya de reclutar multitudes para movilizar el voto en campañas electorales, sino de lograr que la ciudadanía se sienta protagonista de la política e implicada en las decisiones durante los mandatos.  Partidos y gobiernos se han rendido a la exigencia de transparencia y van a tener que seguir abriendo ámbitos y herramientas de información, pero también de participación y colaboración a los ciudadanos. De ese entorno de gobierno abierto habremos de beneficiarnos todos. El voluntariado está extendido especialmente en Norteamérica y, también, aunque en menor medida en el sur del continente. En Europa, es un reto que los políticos sepan diseñar, articular e implementar actividades y espacios que permitan la participación ciudadana y permitan desa­rrollar un clima de colaboración que consolide la democracia.

 

5 CAMPAÑAS ELECTORALES CON HOLOGRAMAS

De acuerdo a la Real Academia Española, “la holografía es una técnica fotográfica basada en el empleo de la luz coherente producida por el láser. En la placa fotográfica se impresionan las interferencias causadas por la luz reflejada de un objeto con la luz indirecta. Iluminada, después de revelada, la placa fotográfica con la luz del láser, se forma la imagen tridimensional del objeto original” (fija o en movimiento).  Pues bien, es un hecho que las campañas electorales del futuro más inmediato acabarán recurriendo a esta tecnología. Narendra Modi, primer ministro indio, ya la está utilizando, de hecho, para reproducir algunos de sus discursos. Es más: Modi ya ha realizado más de mil apariciones holográficas en 3D (el primer uso documentado de esta tecnología en una campaña política). La compañía Hologram USA ya tiene capacidad para vender esta tecnología en Estados Unidos, lo que puede suponer una revolución para las campañas electorales, permitiendo a un candidato estar en varios sitios a la vez o hacer “apariciones” estelares compartiendo escenario con Kennedy, con Reagan, con Roosevelt o con Truman, por ejemplo. ¿Veremos la aplicación de esta tecnología en España en 2015 o en Estados Unidos en 2016?

 

6 TELEPROMPTER

Dos mástiles de algo más de metro y medio, que terminan en dos cristales transpa­rentes inclinados, a ambos lados del orador, formando con él un triángulo equilátero. Básicamente, eso es un teleprompter.  Dos cristales que permiten proyectar los discursos de primeros ministros, de candidatos y líderes sociales y políticos de todo el mundo, con un objetivo: declamar mejor, ser más eficaces y más efectivos durante la lectura de un discurso político. La práctica del uso del teleprompter se está extendiendo a toda velocidad: tanto, que ya la han incorporado también los presidentes de corporaciones y los receptores de honores, premios y home­najes. Como hace poco aseguraba el autor de El poder político en escena, Luis Arroyo “leer en el prompter se está convirtiendo en una práctica comunicativa tan habitual, proporcionalmente, como abrir una cuenta en Twitter o consultar el seguimiento de las noticias en una tableta. Y de efecto mucho más impresionante, tanto en el lado conservador como en el progresista”. Lo cierto es que los líderes que hablan con teleprompter consiguen un efecto espectacular: el orador no mira al papel, sino al público y a las cámaras. La conexión visual directa con la audiencia le permite interpretar mejor su texto. Mejora la entonación, el gestual y el manejo de las pausas. La sensación, naturalmente, es que quien habla improvisa, aunque esté leyendo (no es casual que la palabra “prompter” comparta raíz con el latín impromptus: “sin preparación”). El efecto ante la audiencia es muy bueno, y por eso Barak Obama siempre lo utiliza. Como dice el prestigioso Robert Schlesinger (autor de una excelente historia sobre los escritores de discursos presidenciales en Estados Unidos), el teleprompter es una herramienta más para el político, se trata de un medio técnico más para hacer declaraciones, algo que no es sustancialmente distinto a una hoja de papel, a un micrófono o a un atril.

 

7 TRANSPARENCIA

En realidad ha dejado de ser un concepto y es ya una realidad en muchos casos. Y cuando no, una exigencia ciudadana a gobiernos, políticos y otros agentes públicos que aún no aplican la transparencia a sus actuaciones. Transparencia es sinónimo de confianza y también de crecimiento. Acostumbrados a moverse en las redes sociales, a compartir, a trabajar cada vez más de forma colaborativa gracias al uso de las tecnologías, los ciudadanos que, con gene­rosidad incluso, ponen a disposición de admi­nistraciones y empresas su información más reservada, exigen de estos reciprocidad en sus actuaciones y no van a dejar pasar ni una cuando se trata de que sus mandatarios y candidatos pongan a disposición de todos sus datos reservados.

 

8 “POLITAINMENT” (POLÍTICA Y ENTRETENIMIENTO)

En la era del entretenimiento, la sociedad del espectáculo, la política no podía quedarse al margen y ahora ya es habitual la participación de políticos en programas televisivos desenfadados, haciendo “cameos” en series de te­levisión y hasta participando en realities junto a ciudadanos hasta ese momento anónimos o personajes populares. El marke­ting de contenidos que las corporaciones privadas ya han asumido de forma casi ge­neralizada, también será una realidad a corto plazo en las formaciones políticas. Si de la pro­ducción de documentos de reflexión en los think tank hemos pasado a los vídeos virales, ahora es el momento de que los propios partidos produzcan sus propias microseries con la participación de sus líderes, miembros de partidos y hasta artistas invitados. El espacio “West Wing Week” de la Casa Blanca, con su estética al puro estilo “Catch Me If You Can” de Steven Spielberg ha sido sólo el primer paso.

 

9 BIG DATA

El avance de la tecnología ha abierto las puertas hacia un nuevo enfoque de entendimiento y toma de decisiones en el ámbito político. Así, el llamado big data es utilizado para des­cribir enormes cantidades de datos (estructurados, no estructurados y semi estructurados, en términos de petabytes y exabytes) que tomaría demasiado tiempo y sería muy costoso cargarlos a un base de datos convencional para su análisis. El concepto de big data aplica, así, a toda aquella información que no puede ser analizada utilizando procesos o herramientas tradicionales. Durante la última campaña electoral el equipo de Obama cons­truyó una enorme maquinaria para procesar todo tipo de datos, todo tipo de información, con el objetivo de diseñar al milímetro las estrategias del candidato. Pues bien, este gran big data electoral (que responde al principio de “las tres uves” –alta velocidad, alta variabilidad y alto volumen) ya no es una excepción en el ámbito político. Estadísticos como Nate Silver han desarrollado potentes mo­delos de predicción electoral basados en el procesado de millones de datos cruzados, que ayudan eficazmente a tomar decisiones tanto para implementar campañas electo­rales como para ejercer el poder político (esperamos que en beneficio de los ciudadanos, porque ese debe ser el fin último de todo poder público).

 

10 TECNOPOLÍTICA

En su libro “Tecnopolítica” el consultor Antoni Gutierrez-Rubí subraya que hace apenas unos pocos años Joichi Ito (director del Media Lab del MIT) ya declaraba que en política “las voces serán más importantes que los votos” (dando a entender que en las democracias avanzadas del siglo XXI los votos ya no son suficientes para el ejercicio del poder). Pues bien, todo apunta a que, aunque los votos seguirán siendo la clave para ganar eleccio­nes, por supuesto, las voces lo serán para el ejercicio de la política. Es decir, voces y votos van a tener que ir más de la mano. Se trata, en definitiva de poner la tecnología al servicio de la escucha, al servicio de las voces de los ciudadanos, cada vez más interconectados y participativos a través de las nuevas tecnologías. Aquellos políticos que no dediquen importantes esfuerzos a la escucha activa de las demandas ciudadanas, pueden perder rápidamente la legitimidad que dan los votos. Y muy especialmente ante la irrupción de la llamada “generación millenials” (aquellas personas nacidas entre 1981 y 1995, que en 2025 representarán el 75% de la fuerza laboral de todo el mundo-también conocidos como “generación APPs” o “generación ON”, dado que tres de cada cuatro de ellos utilizan smartphones y están socializados en el manejo y en la comunicación a través de los ecosistemas de las nuevas tecnologías).

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