Por Ignacio Martín Granados

Se calcula que existen más de un millón de aplicaciones para cada sistema operativo de teléfonos inteligentes. Lo llamativo de la app Greenhouse no es sólo que va al núcleo mismo de la deseada transparencia en la política de EEUU, sino que la puso en funcionamiento este verano un chaval de 16 años llamado Nick Rubin.

Tras 400 horas de trabajo repartidas a lo largo de 10 meses, en los ratos libres del instituto, y como resultado de un trabajo de clase, Nick Rubin se ha convertido en una de las estrellas de la lucha por la transparencia en todo el mundo.

Greenhouse se puede instalar en navegadores Safari, Firefox y Chrome (de momento, no funciona para tabletas ni smartphones). De tal manera que cuando reconoce en un texto el nombre de uno de los 435 miembros de la Cámara de Representantes y 100 senadores, situando el cursor sobre dicho nombre aparece una ventana desplegable con la información sobre cuánto dinero ha recibido en su última campaña y de dónde procede.

Aunque no sea una información exhaustiva, es más que suficiente para conocer qué sector económico o grupo de influencia ha financiado al político e incluso saber qué porcentaje procede de donaciones inferiores a 200 euros (en EEUU es la cantidad límite para ser documentada en la Comisión Electoral Federal y habitualmente, las donaciones realizadas por ciudadanos de clase media, no corporaciones).

El nombre de la aplicación, Greenhouse, significa invernadero, pero también Casa Verde y se explica muy bien con su lema: “Algunos son rojos. Otros son azules. Todos son verdes”, que es un juego de palabras: los rojos son los republicanos (conservadores), los azules los demócratas (liberales), pero todos son verdes porque a todos les gusta el dinero, y así se llama su web (www.allaregreeen.us) donde descargar la extensión, como ya han hecho más de 57.000 usuarios.

En Estados Unidos la información sobre donaciones es muy abundante, pero es confusa y está dispersa, de ahí la importancia de esta herramienta para sistematizar los datos.

El objetivo de su creador ha sido el de “arrojar luz sobre una ‘enfermedad social e industrial’ de hoy en día, la influencia indebida de dinero en nuestro Congreso (…) exponiendo y dando a conocer esta enfermedad a través de la tecnología que facilita los datos importantes allí donde es más útil, en los sitios web donde la gente lee cada día acerca de las acciones, o la inacción, de los miembros del Congreso”.

Por ejemplo, “si estamos leyendo acerca de una votación del Congreso sobre la política energética, tal vez descubramos que uno de los patrocinadores de un proyecto de ley ha recibido cientos de miles de dólares de la industria del petróleo y el gas. O tal vez aprendamos que los principales donantes a un miembro del Congreso que se opone a una reforma son abogados y bufetes”.

“Aunque tengo sólo 16 años, no soy lo suficientemente mayor como para votar, pero si como para saber que nuestro sistema político necesita ser reparado desesperadamente. Espero que esta herramienta sea un paso en esa dirección”, concluye Rubin en su web.

 

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